RincónDelSur
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El sistema médico español sigue estigmatizando a las personas sin audición. Miriam Garlo, una actriz y activista sorda que ha perdido un 70% de audición desde los siete años, recientemente denunció en un podcast la dificultad con la que se enfrenta para comunicarse con los profesionales sanitarios.
Cuando su madre le lleva a la consulta médica, Miriam tiene que pedirle al profesional que deje el teléfono o que use un interfono, lo cual no siempre es posible. En algunos casos, incluso el personal del hospital no entiende qué necesita, aunque esto puede deberse más bien a una falta de conciencia y sensibilización que a una mala intención.
La situación es complicada debido a la falta de capacitación en interpretación en los centros médicos y sanitarios. Miriam explica que cuando le pasan el teléfono para hablar con un profesional, la mayoría de las veces este no se toma el tiempo para escucharla, lo que puede llevarle horas conseguir una cita o resolver algún problema.
Una de las mayores dificultades que enfrenta es que los médicos a menudo no entienden su necesidad de comunicación por medio de señas. Aunque esto puede deberse más bien a la falta de comprensión que a una mala intención, la realidad es que los profesionales sanitarios siguen sin recibir capacitación en interpretación.
Miriam explica que las personas sordas están dispuestas a aprender y a comunicarse con los demás, pero requieren un entorno más acogedor. "Aún falta un poco de conciencia, sensibilización y ganas de entender que somos diferentes", afirma en una entrevista reciente.
En el mundo sordo, existen organizaciones como la Confederación Estatal de Personas Sordas (CEPS) que buscan mejorar las condiciones para las personas con discapacidad auditiva. Sin embargo, todavía hay mucho trabajo por hacer para mejorar esta situación y garantizar que las personas sin audición tengan acceso a los servicios sanitarios que necesitan.
Miriam Garlo es un ejemplo de cómo la falta de conciencia puede afectar la vida de una persona con discapacidad auditiva. Su historia nos llama a reflexionar sobre lo que podemos hacer para mejorar esta situación y garantizar que todos tengamos acceso a un sistema médico más inclusivo.
Cuando su madre le lleva a la consulta médica, Miriam tiene que pedirle al profesional que deje el teléfono o que use un interfono, lo cual no siempre es posible. En algunos casos, incluso el personal del hospital no entiende qué necesita, aunque esto puede deberse más bien a una falta de conciencia y sensibilización que a una mala intención.
La situación es complicada debido a la falta de capacitación en interpretación en los centros médicos y sanitarios. Miriam explica que cuando le pasan el teléfono para hablar con un profesional, la mayoría de las veces este no se toma el tiempo para escucharla, lo que puede llevarle horas conseguir una cita o resolver algún problema.
Una de las mayores dificultades que enfrenta es que los médicos a menudo no entienden su necesidad de comunicación por medio de señas. Aunque esto puede deberse más bien a la falta de comprensión que a una mala intención, la realidad es que los profesionales sanitarios siguen sin recibir capacitación en interpretación.
Miriam explica que las personas sordas están dispuestas a aprender y a comunicarse con los demás, pero requieren un entorno más acogedor. "Aún falta un poco de conciencia, sensibilización y ganas de entender que somos diferentes", afirma en una entrevista reciente.
En el mundo sordo, existen organizaciones como la Confederación Estatal de Personas Sordas (CEPS) que buscan mejorar las condiciones para las personas con discapacidad auditiva. Sin embargo, todavía hay mucho trabajo por hacer para mejorar esta situación y garantizar que las personas sin audición tengan acceso a los servicios sanitarios que necesitan.
Miriam Garlo es un ejemplo de cómo la falta de conciencia puede afectar la vida de una persona con discapacidad auditiva. Su historia nos llama a reflexionar sobre lo que podemos hacer para mejorar esta situación y garantizar que todos tengamos acceso a un sistema médico más inclusivo.