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"La estrategia chino-coreana se despliega en Rusia: una guerra de sobornos"
Moscú se ha convertido en el escenario de una nueva guerra, esta vez sin armas, sino con dólares y rublos. China y Corea del Norte están tomando gradualmente el control económico de las regiones orientales de Rusia, utilizando como herramienta su propia influencia política. Este es el juego que juegan en la región, donde la economía rusa se encuentra estancada.
Según fuentes ucranianas, Rusia paga cada vez más a sus aliados en la guerra contra Ucrania con sus propios territorios. Esto incluye la entrega de regiones como Vladivostok y los Urales, que ya cuentan con una población chino que crece progresivamente.
China ha invertido billones de rublos en Rusia, principalmente en el comercio. En 2024, el volumen del comercio ruso-chino aumentó un 36%, mientras que en 2025 se espera alcanzar los 100.000 millones de rublos. Pero no solo es la economía la que se está moviendo, sino también la población. Hasta dos millones de chinos viven ya en las regiones rusas, lo que ha llevado a una expansión demográfica progresiva.
Pyongyang se ha visto involucrado en el desarrollo de la región con el envío de trabajadores norcoreanos. Según fuentes ucranianas, hasta 50.000 trabajadores han llegado de forma extraoficial, lo que supera a las cifras oficiales de 15.000. Estos trabajadores han sido contratados por empresas rusas, que ya han ordenado más de 150.000 contratos laborales.
La situación se ha vuelto cada vez más incierta para Rusia. La economía está estancada y se preveen recortes en la fuerza laboral y costos. Putin ha destacado la importancia de las relaciones con Corea del Norte, que han alcanzado un "carácter especial, de aliados", según declaró durante una reunión en China.
En resumen, Rusia se está convirtiendo en el escenario de una guerra económica y política, donde China y Corea del Norte juegan a sobornos. La situación es incierta y puede tener consecuencias importantes para la región y el mundo entero.
Moscú se ha convertido en el escenario de una nueva guerra, esta vez sin armas, sino con dólares y rublos. China y Corea del Norte están tomando gradualmente el control económico de las regiones orientales de Rusia, utilizando como herramienta su propia influencia política. Este es el juego que juegan en la región, donde la economía rusa se encuentra estancada.
Según fuentes ucranianas, Rusia paga cada vez más a sus aliados en la guerra contra Ucrania con sus propios territorios. Esto incluye la entrega de regiones como Vladivostok y los Urales, que ya cuentan con una población chino que crece progresivamente.
China ha invertido billones de rublos en Rusia, principalmente en el comercio. En 2024, el volumen del comercio ruso-chino aumentó un 36%, mientras que en 2025 se espera alcanzar los 100.000 millones de rublos. Pero no solo es la economía la que se está moviendo, sino también la población. Hasta dos millones de chinos viven ya en las regiones rusas, lo que ha llevado a una expansión demográfica progresiva.
Pyongyang se ha visto involucrado en el desarrollo de la región con el envío de trabajadores norcoreanos. Según fuentes ucranianas, hasta 50.000 trabajadores han llegado de forma extraoficial, lo que supera a las cifras oficiales de 15.000. Estos trabajadores han sido contratados por empresas rusas, que ya han ordenado más de 150.000 contratos laborales.
La situación se ha vuelto cada vez más incierta para Rusia. La economía está estancada y se preveen recortes en la fuerza laboral y costos. Putin ha destacado la importancia de las relaciones con Corea del Norte, que han alcanzado un "carácter especial, de aliados", según declaró durante una reunión en China.
En resumen, Rusia se está convirtiendo en el escenario de una guerra económica y política, donde China y Corea del Norte juegan a sobornos. La situación es incierta y puede tener consecuencias importantes para la región y el mundo entero.