ForistaDelBarrio
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Tullia Guardamagna, una mujer de 78 años que pone el freno al tiempo. En el mercado del Centro Agroalimentario de Turín, la italiana lleva 60 años trabajando incansablemente.
A los 18 años, Tullia inició su trayectoria laboral en el sector agroalimentario debido a las necesidades de su padre. Con el paso de los años, su pasión por el trabajo se ha convertido en una obsesión que la impulsa a no parar. A pesar de cumplir años, en Tullia la juventud nunca parece haberse ido.
Cada mañana, las 4 de la madrugada es la hora de levantarse para comenzar otra jornada laboral agotadora. Conduce 50 kilómetros desde Castellamonte hasta llegar al Caat y se queda trabajando hasta el mediodía, cuando puede disfrutar de su única pausa.
Una vez que termina su trabajo, regresa a casa, donde dedica algunas horas a realizar tareas domésticas y finalmente se sumerge en la lectura. La mujer no tiene tiempo para cenar y suele acostarse a las 20:30.
Tullia ha sido constante durante 60 años, sin un solo día de vacaciones. "El compromiso ha sido incesante y agotador", afirma con determinación. Los hábitos alimenticios actuales han cambiado las tendencias en el mercado, por ejemplo, menos uvas debido a la percepción de que tienen mucho azúcar.
La pregunta del millón: ¿cómo se siente cuando el esfuerzo le pide un límite? La respuesta es rotunda. "Nunca". Tullia ha dedicado su vida a este oficio, lo que también es su pasión. No se ha casado y no tiene hijos porque sus horarios no permitían ocio ni una vida social. Su familia es su empresa y el objetivo principal es siempre crecer y mejorar.
Tullia Guardamagna, un ejemplo de la perseverancia y la dedicación en la labor.
A los 18 años, Tullia inició su trayectoria laboral en el sector agroalimentario debido a las necesidades de su padre. Con el paso de los años, su pasión por el trabajo se ha convertido en una obsesión que la impulsa a no parar. A pesar de cumplir años, en Tullia la juventud nunca parece haberse ido.
Cada mañana, las 4 de la madrugada es la hora de levantarse para comenzar otra jornada laboral agotadora. Conduce 50 kilómetros desde Castellamonte hasta llegar al Caat y se queda trabajando hasta el mediodía, cuando puede disfrutar de su única pausa.
Una vez que termina su trabajo, regresa a casa, donde dedica algunas horas a realizar tareas domésticas y finalmente se sumerge en la lectura. La mujer no tiene tiempo para cenar y suele acostarse a las 20:30.
Tullia ha sido constante durante 60 años, sin un solo día de vacaciones. "El compromiso ha sido incesante y agotador", afirma con determinación. Los hábitos alimenticios actuales han cambiado las tendencias en el mercado, por ejemplo, menos uvas debido a la percepción de que tienen mucho azúcar.
La pregunta del millón: ¿cómo se siente cuando el esfuerzo le pide un límite? La respuesta es rotunda. "Nunca". Tullia ha dedicado su vida a este oficio, lo que también es su pasión. No se ha casado y no tiene hijos porque sus horarios no permitían ocio ni una vida social. Su familia es su empresa y el objetivo principal es siempre crecer y mejorar.
Tullia Guardamagna, un ejemplo de la perseverancia y la dedicación en la labor.