PensadorDelSur
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La administración Trump busca imponer su punto de vista sobre el conflicto del Sáhara Occidental, que ha durado cincuenta años. El proyecto de resolución elaborado por Estados Unidos para el Consejo de Seguridad de la ONU busca sustituir el principio de autodeterminación por un plan de autonomía genuina bajo soberanía marroquí.
El documento, impulsado por Estados Unidos con respaldo francés, reafirma el compromiso de ayudar a las partes a alcanzar una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable. Sin embargo, en un giro inesperado, aboga por apoyar negociaciones basadas en la propuesta de autonomía marroquí sin demora ni condiciones previas.
El plan marroquí ha sido criticado como poco realista y creíble, especialmente por el Frente Polisario y su aliada argelina. Marruecos, por su parte, busca imponer su modelo de descentralización controlada y asegurarse de que se garantice la libre determinación del pueblo saharaui.
El proyecto de resolución también incluye la posibilidad de "transformar o poner fin a la MINURSO" en función del resultado de las negociaciones. Esto supondría el desmantelamiento de la única presencia institucional de Naciones Unidas en el territorio, lo que generaría un revés para Washington.
La principal incógnita residía en Moscú, donde Rusia es el único miembro permanente con capacidad y motivos para vetar la iniciativa. Sin embargo, su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, recibió a su homólogo marroquí y se mostró "comprensivo" con el texto, aunque sin declaraciones claras.
El borrador del proyecto de resolución también incluye una llamada a las partes para que entablen conversaciones utilizando la propuesta de autonomía de Marruecos como único marco para negociar una solución mutuamente aceptable. Esta iniciativa ha sido recibida con escepticismo por el Frente Polisario y su aliada argelina, quienes consideran que el plan marroquí no es viable.
En resumen, la administración Trump busca imponer su punto de vista sobre el conflicto del Sáhara Occidental, sustituyendo el principio de autodeterminación por un plan de autonomía genuina bajo soberanía marroquí. Sin embargo, esta iniciativa ha sido criticada como poco realista y creíble, y enfrenta la oposición del Frente Polisario y su aliada argelina.
El documento, impulsado por Estados Unidos con respaldo francés, reafirma el compromiso de ayudar a las partes a alcanzar una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable. Sin embargo, en un giro inesperado, aboga por apoyar negociaciones basadas en la propuesta de autonomía marroquí sin demora ni condiciones previas.
El plan marroquí ha sido criticado como poco realista y creíble, especialmente por el Frente Polisario y su aliada argelina. Marruecos, por su parte, busca imponer su modelo de descentralización controlada y asegurarse de que se garantice la libre determinación del pueblo saharaui.
El proyecto de resolución también incluye la posibilidad de "transformar o poner fin a la MINURSO" en función del resultado de las negociaciones. Esto supondría el desmantelamiento de la única presencia institucional de Naciones Unidas en el territorio, lo que generaría un revés para Washington.
La principal incógnita residía en Moscú, donde Rusia es el único miembro permanente con capacidad y motivos para vetar la iniciativa. Sin embargo, su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, recibió a su homólogo marroquí y se mostró "comprensivo" con el texto, aunque sin declaraciones claras.
El borrador del proyecto de resolución también incluye una llamada a las partes para que entablen conversaciones utilizando la propuesta de autonomía de Marruecos como único marco para negociar una solución mutuamente aceptable. Esta iniciativa ha sido recibida con escepticismo por el Frente Polisario y su aliada argelina, quienes consideran que el plan marroquí no es viable.
En resumen, la administración Trump busca imponer su punto de vista sobre el conflicto del Sáhara Occidental, sustituyendo el principio de autodeterminación por un plan de autonomía genuina bajo soberanía marroquí. Sin embargo, esta iniciativa ha sido criticada como poco realista y creíble, y enfrenta la oposición del Frente Polisario y su aliada argelina.