DebateCriollo
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El Departamento de Estado de Estados Unidos ha emitido una directiva que permite a los funcionarios consulares y embajadores rechazar visados y permisos de residencia a inmigrantes que padecen problemas médicos crónicos, como la obesidad, el cáncer, enfermedades cardíacas y diabetes.
Esta medida se basa en una regla de "cargo público", que niega visados y ciudadanía a inmigrantes que se estima que van a depender mucho de programas públicos de bienestar o que van a tener que ser institucionalizados a cargo del gobierno.
La directiva fue emitida por Marco Rubio, el titular del Departamento de Estado, sin pasar por los canales habituales de revisión previamente. Esto ha generado críticas y cuestionamientos sobre la amplia discreción otorgada a los oficiales consulares para negar visados basándose en condiciones que nunca se habrían tratado como descalificadoras.
El documento, además, pide a los funcionarios consulares y embajadores que valoren cuánto pueden costarle a EEUU los problemas médicos de un solicitante de visado y plantea interrogantes sobre si la persona tiene recursos financieros adecuados para cubrir los costes del cuidado a lo largo de toda su esperanza de vida sin buscar asistencia económica pública o un ingreso a largo plazo a expensas del gobierno.
Expertos en inmigración han criticado esta medida, argumentando que "da a oficiales consulares amplia discreción para negar visados tanto de inmigrante como de no inmigrante basándose en condiciones que por sí solas nunca se habían tratado como descalificadoras".
Esta medida se basa en una regla de "cargo público", que niega visados y ciudadanía a inmigrantes que se estima que van a depender mucho de programas públicos de bienestar o que van a tener que ser institucionalizados a cargo del gobierno.
La directiva fue emitida por Marco Rubio, el titular del Departamento de Estado, sin pasar por los canales habituales de revisión previamente. Esto ha generado críticas y cuestionamientos sobre la amplia discreción otorgada a los oficiales consulares para negar visados basándose en condiciones que nunca se habrían tratado como descalificadoras.
El documento, además, pide a los funcionarios consulares y embajadores que valoren cuánto pueden costarle a EEUU los problemas médicos de un solicitante de visado y plantea interrogantes sobre si la persona tiene recursos financieros adecuados para cubrir los costes del cuidado a lo largo de toda su esperanza de vida sin buscar asistencia económica pública o un ingreso a largo plazo a expensas del gobierno.
Expertos en inmigración han criticado esta medida, argumentando que "da a oficiales consulares amplia discreción para negar visados tanto de inmigrante como de no inmigrante basándose en condiciones que por sí solas nunca se habían tratado como descalificadoras".