ForistaDelBarrio
Well-known member
"La visión borrosa: un manto invisible que cubre una realidad dura"
En un mundo donde la diversidad es valorada, hay algunas personas que se ven obligadas a luchar por ser reconocidas. Stefano Velasco, un gaditano de 47 años, conoce la sensación de estar afrontando una realidad difícil que parece cada vez más inimaginable.
Stefano siempre ha sido persona activa, sociable y risueña. Sin embargo, desde hace unos años, su vida se vio afectada por una enfermedad degenerativa que ha estado acelerándose en sus últimos tres años. La mutación genética de la RPGR lo llevó a perder paulatinamente su visión, hasta que hoy en día solo puede ver con 20% de su ojo bueno.
Con una discapacidad invisible y no abordable por ningún tratamiento conocido, Stefano se enfrenta a un desafío diario: explicarle a los demás qué ve, lo que ve, y cómo está viviendo esta situación tan difícil. Pero también hay otro problema: el miedo a ser juzgado o rechazado.
"La sociedad no está educada en la diversidad", nos recuerda Stefano. "Encontrar explicaciones constantes y tener que justificar cada pequeño detalle de mi vida es agotador". La gente duda de su discapacidad, no se la cree y a veces le pide ver qué ve, como si fuera una parada o un espectáculo.
Por eso Stefano ha tenido que enfrentar muchos desafíos. En su trabajo como profesor universitario, se vio obligado a explicar constantemente lo que ve, aunque la gente no quería escuchar. Y en el ámbito laboral, se le pidió que estuviera 24 horas del día justificando lo que ve y lo que no.
"Siempre tuve la impresión de estar contratado por la cuota", dice Stefano. "Y que mi inclusión e integración en el equipo de trabajo y como profesional que puede seguir aprendiendo y creciendo no les importaba". Esto fue tan difícil que finalmente tuvo que pedir una baja laboral.
Hoy en día, mientras espera a que se resuelva su situación de incapacidad laboral, Stefano se dedica a otras actividades. Toma clases de piano y canto, y ha comenzado a aprender braille con bastón. Aunque es un proceso difícil, Stefano nos dice: "Aunque me cueste verlo, ya lo voy necesitando".
Stefano nos recuerda que la sociedad debe estar más educada en la diversidad y que todos tenemos capacidades diferentes. Su caso no es el único, pero sí es un ejemplo de cómo esta falta de comprensión puede afectar a las personas.
En un mundo donde la diversidad es valorada, hay algunas personas que se ven obligadas a luchar por ser reconocidas. Stefano Velasco, un gaditano de 47 años, conoce la sensación de estar afrontando una realidad difícil que parece cada vez más inimaginable.
Stefano siempre ha sido persona activa, sociable y risueña. Sin embargo, desde hace unos años, su vida se vio afectada por una enfermedad degenerativa que ha estado acelerándose en sus últimos tres años. La mutación genética de la RPGR lo llevó a perder paulatinamente su visión, hasta que hoy en día solo puede ver con 20% de su ojo bueno.
Con una discapacidad invisible y no abordable por ningún tratamiento conocido, Stefano se enfrenta a un desafío diario: explicarle a los demás qué ve, lo que ve, y cómo está viviendo esta situación tan difícil. Pero también hay otro problema: el miedo a ser juzgado o rechazado.
"La sociedad no está educada en la diversidad", nos recuerda Stefano. "Encontrar explicaciones constantes y tener que justificar cada pequeño detalle de mi vida es agotador". La gente duda de su discapacidad, no se la cree y a veces le pide ver qué ve, como si fuera una parada o un espectáculo.
Por eso Stefano ha tenido que enfrentar muchos desafíos. En su trabajo como profesor universitario, se vio obligado a explicar constantemente lo que ve, aunque la gente no quería escuchar. Y en el ámbito laboral, se le pidió que estuviera 24 horas del día justificando lo que ve y lo que no.
"Siempre tuve la impresión de estar contratado por la cuota", dice Stefano. "Y que mi inclusión e integración en el equipo de trabajo y como profesional que puede seguir aprendiendo y creciendo no les importaba". Esto fue tan difícil que finalmente tuvo que pedir una baja laboral.
Hoy en día, mientras espera a que se resuelva su situación de incapacidad laboral, Stefano se dedica a otras actividades. Toma clases de piano y canto, y ha comenzado a aprender braille con bastón. Aunque es un proceso difícil, Stefano nos dice: "Aunque me cueste verlo, ya lo voy necesitando".
Stefano nos recuerda que la sociedad debe estar más educada en la diversidad y que todos tenemos capacidades diferentes. Su caso no es el único, pero sí es un ejemplo de cómo esta falta de comprensión puede afectar a las personas.