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Según el ingeniero químico Diego Fernández, usar suavizante con tu ropa es como "liar" - es decir, actuar sin pensar. El experto, conocido en redes sociales por sus videos educativos, ha desafiado la creencia de que los suavizantes son una herramienta indispensable para hacer la colada.
Fernández sostiene que el suavizante solo recubre las fibras textiles con una película lubricante, lo que reduce la fricción y minimiza las arrugas, pero también altera profundamente el comportamiento del tejido. Esto significa que la ropa pierde su capacidad de absorber agua y humedad, lo que es especialmente grave en toallas, albornoces, bayetas, paños y ropa deportiva.
Además, el suavizante "bloquea" los espacios naturales entre las fibras, reduciendo la transpiración del tejido. Esto se nota especialmente en camisetas de algodón, pijamas y ropa interior. El experto describe este efecto como "gráfico": al usar suavizante en determinadas prendas, el sudor aumenta, así como la dificultad para que la piel se mantenga seca y ventilada.
Otro punto clave es el efecto del suavizante sobre la limpieza. Según Fernández, esta película lubricante puede fijar aún más las manchas o hacer que éstas sean más difíciles de eliminar. En lugar de ayudar, puede crear una barrera que evita que el detergente actúe correctamente.
Además de ser perjudicial para los tejidos, Fernández alerta sobre los riesgos del suavizante para la lavadora. La cera presente en muchos suavizantes se acumula con el tiempo, generando problemas como obstrucciones en el compartimento del suavizante, atascos en los conductos que lo llevan al tambor y películas pegajosas en las gomas de la puerta.
En lugar de usar suavizante, Fernández recomienda reducir la cantidad de detergente utilizado en cada lavado. Mucha gente añade demasiado detergente pensando que así la ropa saldrá más limpia, pero esto provoca el efecto contrario: los restos que no se llegan a aclarar quedan depositados sobre los tejidos, creando rigidez y acumulando suciedad.
También destaca la importancia de usar detergentes que se formulan con ingredientes más eficientes y menos proclives a dejar residuos. Un detergente de buena calidad se aclara mejor y más rápido, reduce la presencia de residuos en las fibras, evita olores desagradables y respeta la textura natural de los tejidos.
Finalmente, Fernández recomienda usar vinagre de limpieza como una opción extremadamente eficaz, barata y segura. Este producto ayuda a disolver residuos de detergente, neutraliza olores y suaviza las fibras sin recubrirlas, manteniendo intacta su capacidad de absorber y transpirar.
En resumen, el uso de suavizante no es necesario, sino que conlleva una serie de desventajas que no se deben ignorar. La pérdida en la capacidad de absorción de los tejidos, menor transpirabilidad y dificultad para eliminar manchas son solo algunos de los efectos negativos que pueden ocurrir.
Fernández sostiene que el suavizante solo recubre las fibras textiles con una película lubricante, lo que reduce la fricción y minimiza las arrugas, pero también altera profundamente el comportamiento del tejido. Esto significa que la ropa pierde su capacidad de absorber agua y humedad, lo que es especialmente grave en toallas, albornoces, bayetas, paños y ropa deportiva.
Además, el suavizante "bloquea" los espacios naturales entre las fibras, reduciendo la transpiración del tejido. Esto se nota especialmente en camisetas de algodón, pijamas y ropa interior. El experto describe este efecto como "gráfico": al usar suavizante en determinadas prendas, el sudor aumenta, así como la dificultad para que la piel se mantenga seca y ventilada.
Otro punto clave es el efecto del suavizante sobre la limpieza. Según Fernández, esta película lubricante puede fijar aún más las manchas o hacer que éstas sean más difíciles de eliminar. En lugar de ayudar, puede crear una barrera que evita que el detergente actúe correctamente.
Además de ser perjudicial para los tejidos, Fernández alerta sobre los riesgos del suavizante para la lavadora. La cera presente en muchos suavizantes se acumula con el tiempo, generando problemas como obstrucciones en el compartimento del suavizante, atascos en los conductos que lo llevan al tambor y películas pegajosas en las gomas de la puerta.
En lugar de usar suavizante, Fernández recomienda reducir la cantidad de detergente utilizado en cada lavado. Mucha gente añade demasiado detergente pensando que así la ropa saldrá más limpia, pero esto provoca el efecto contrario: los restos que no se llegan a aclarar quedan depositados sobre los tejidos, creando rigidez y acumulando suciedad.
También destaca la importancia de usar detergentes que se formulan con ingredientes más eficientes y menos proclives a dejar residuos. Un detergente de buena calidad se aclara mejor y más rápido, reduce la presencia de residuos en las fibras, evita olores desagradables y respeta la textura natural de los tejidos.
Finalmente, Fernández recomienda usar vinagre de limpieza como una opción extremadamente eficaz, barata y segura. Este producto ayuda a disolver residuos de detergente, neutraliza olores y suaviza las fibras sin recubrirlas, manteniendo intacta su capacidad de absorber y transpirar.
En resumen, el uso de suavizante no es necesario, sino que conlleva una serie de desventajas que no se deben ignorar. La pérdida en la capacidad de absorción de los tejidos, menor transpirabilidad y dificultad para eliminar manchas son solo algunos de los efectos negativos que pueden ocurrir.