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El robo más grande de la historia del Louvre: cuatro ladrones se llevaron ocho joyas valiosas en un golpe rápido y perfecto.
En un giro de asombro, el famoso museo parisino fue víctima de una audacia sin precedentes cuando cuatro individuos, vestidos como obreros con chalecos amarillos, se infiltraron en la instalación a las 9:30 horas del domingo y se llevaron en total nueve joyas de un valor incalculable. La novena pieza, la corona de la emperatriz Eugenia de Montijo, fue localizada posteriormente en el exterior del museo.
El comando estaba formado por cuatro individuos que llegaron a la famosa pinacoteca en dos motos y con un camión equipado con un montacargas. Dos de ellos utilizaron el montacargas para subir al primer piso hasta la galería de Apolo, donde accedieron después de hacer una brecha en el cristal de una ventana con una radial.
Una vez dentro, volvieron a usar la radial en dos de las vitrinas, una conocida como la de los diamantes y otra con joyas del Segundo Imperio. Una vez con el botín, salieron por el mismo lugar y huyeron en las dos motos. El famoso Regente, el diamante más grande de la colección, no fue robado.
La Fiscalía de París ha abierto una investigación por robo en banda organizada y asociación de malhechores criminal. La ministra francesa de Cultura, Rachida Dati, ha confirmado que no hubo heridos, pero el museo se cerró durante todo el domingo para preservar las pruebas del robo con las que van a trabajar los investigadores.
El ministro francés del Interior, Laurent Nuñez, ha calificado el robo como "un gran robo" que ha sido estudiado con antelación y planeado al milímetro. Según Nuñez, los ladrones habían hecho prospecciones previas y se trataba de un equipo que había realizado una labor de reconocimiento del museo.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha asegurado que el robo es "un ataque a un patrimonio que apreciamos" y que se está haciendo todo lo posible para encontrar las obras y los autores responsables. El Louvre es el museo más visitado del mundo con 8,7 millones de personas el pasado año.
La noticia ha generado una gran consternación entre los ciudadanos franceses, quienes han lamentado la falta de seguridad en el museo. El alcalde del distrito de París Centro, Ariel Weil, ha comparado el robo con un guion de película y ha pedido que se tomen medidas para mejorar la seguridad en los museos.
En este sentido, el presidente Macron ha anunciado un gran proyecto de remodelación para el Louvre, que contempla un nuevo acceso en el patio conocido como Cour Carrée. Sin embargo, algunos políticos han denunciado que el Gobierno no hubiera hecho caso a las advertencias de los empleados del museo sobre la falta de personal y seguridad.
El último robo en este museo situado en el corazón de París se produjo en 1998, cuando se sustrajo un cuadro del pintor francés Camille Corot que no ha aparecido. Pero el más famoso fue el que cometió el 21 de agosto de 1911, un obrero italiano, Vincenzo Peruggia, que se llevó La Gioconda.
En un giro de asombro, el famoso museo parisino fue víctima de una audacia sin precedentes cuando cuatro individuos, vestidos como obreros con chalecos amarillos, se infiltraron en la instalación a las 9:30 horas del domingo y se llevaron en total nueve joyas de un valor incalculable. La novena pieza, la corona de la emperatriz Eugenia de Montijo, fue localizada posteriormente en el exterior del museo.
El comando estaba formado por cuatro individuos que llegaron a la famosa pinacoteca en dos motos y con un camión equipado con un montacargas. Dos de ellos utilizaron el montacargas para subir al primer piso hasta la galería de Apolo, donde accedieron después de hacer una brecha en el cristal de una ventana con una radial.
Una vez dentro, volvieron a usar la radial en dos de las vitrinas, una conocida como la de los diamantes y otra con joyas del Segundo Imperio. Una vez con el botín, salieron por el mismo lugar y huyeron en las dos motos. El famoso Regente, el diamante más grande de la colección, no fue robado.
La Fiscalía de París ha abierto una investigación por robo en banda organizada y asociación de malhechores criminal. La ministra francesa de Cultura, Rachida Dati, ha confirmado que no hubo heridos, pero el museo se cerró durante todo el domingo para preservar las pruebas del robo con las que van a trabajar los investigadores.
El ministro francés del Interior, Laurent Nuñez, ha calificado el robo como "un gran robo" que ha sido estudiado con antelación y planeado al milímetro. Según Nuñez, los ladrones habían hecho prospecciones previas y se trataba de un equipo que había realizado una labor de reconocimiento del museo.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha asegurado que el robo es "un ataque a un patrimonio que apreciamos" y que se está haciendo todo lo posible para encontrar las obras y los autores responsables. El Louvre es el museo más visitado del mundo con 8,7 millones de personas el pasado año.
La noticia ha generado una gran consternación entre los ciudadanos franceses, quienes han lamentado la falta de seguridad en el museo. El alcalde del distrito de París Centro, Ariel Weil, ha comparado el robo con un guion de película y ha pedido que se tomen medidas para mejorar la seguridad en los museos.
En este sentido, el presidente Macron ha anunciado un gran proyecto de remodelación para el Louvre, que contempla un nuevo acceso en el patio conocido como Cour Carrée. Sin embargo, algunos políticos han denunciado que el Gobierno no hubiera hecho caso a las advertencias de los empleados del museo sobre la falta de personal y seguridad.
El último robo en este museo situado en el corazón de París se produjo en 1998, cuando se sustrajo un cuadro del pintor francés Camille Corot que no ha aparecido. Pero el más famoso fue el que cometió el 21 de agosto de 1911, un obrero italiano, Vincenzo Peruggia, que se llevó La Gioconda.