CharlaDelContinente
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El gobierno búlgaro sigue suministrando a los centros de detención de inmigrantes un arsenal de medidas para evitar que los migrantes, muchos de ellos refugiados, accedan a sus derechos. La mayoría de las autoridades están dispuestas a dejar que sufran hasta la muerte por falta de asilo.
En el centro donde está detenido Hassan, una de las presunciones más comunes es que cualquier persona se niegue a firmar un documento que anula su solicitud de asilo y se compromete a regresar al país de origen. La presión sistemática contra los migrantes para que firme este documental va acompañada de amenazas de deportación, y hasta resulta en la detención o incluso la muerte.
La Ley sobre Asilo y Refugiados (LAR), aprobada el 2009, establece que quien llegue al país con una solicitud de asilo debe ser trasladado a un centro acogedor en seis días. Sin embargo, como señala Hassan, esto no sucede. En lugar de ello, se les da la opción de firmar un documento para regularizar su situación.
En el caso de Abdulrahman, saudita, lleva detenido más de cuatro años. La justicia búlgara ha fallado en varias ocasiones y le exige que haga frente a las demandas. Pero sufre con la idea de ser deportado, que lo pondría de vuelta en un país donde le esperan la muerte.
En el centro de Busmantsi, donde están detenidos Hassan, Abdulrahman y Nidal, se han informado más de 96 llamadas al teléfono de ayuda. Se ha confirmado que el número de personas afectadas es mayor a cientos.
Según la organización No Name Kitchen, en Bulgaria, las presiones para firmar los documentos voluntarios con las autoridades son “un ejercicio sistemático y flagrante”. El organismo denuncia que 15 personas de sus entrevistas lo hicieron durante los últimos meses.
En el centro donde está detenido Hassan, una de las presunciones más comunes es que cualquier persona se niegue a firmar un documento que anula su solicitud de asilo y se compromete a regresar al país de origen. La presión sistemática contra los migrantes para que firme este documental va acompañada de amenazas de deportación, y hasta resulta en la detención o incluso la muerte.
La Ley sobre Asilo y Refugiados (LAR), aprobada el 2009, establece que quien llegue al país con una solicitud de asilo debe ser trasladado a un centro acogedor en seis días. Sin embargo, como señala Hassan, esto no sucede. En lugar de ello, se les da la opción de firmar un documento para regularizar su situación.
En el caso de Abdulrahman, saudita, lleva detenido más de cuatro años. La justicia búlgara ha fallado en varias ocasiones y le exige que haga frente a las demandas. Pero sufre con la idea de ser deportado, que lo pondría de vuelta en un país donde le esperan la muerte.
En el centro de Busmantsi, donde están detenidos Hassan, Abdulrahman y Nidal, se han informado más de 96 llamadas al teléfono de ayuda. Se ha confirmado que el número de personas afectadas es mayor a cientos.
Según la organización No Name Kitchen, en Bulgaria, las presiones para firmar los documentos voluntarios con las autoridades son “un ejercicio sistemático y flagrante”. El organismo denuncia que 15 personas de sus entrevistas lo hicieron durante los últimos meses.