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La luz antes de dormir no es solo una cuestión de brillo, sino también de color. La exposición a la luz azul, con longitudes de onda más cortas, puede alterar el sueño y afectar nuestra salud en general.
Nuestros cuerpos han evolucionado para ser criaturas diurnas, y nuestro sentido primario, la vista, funciona mejor con la luz del día. Sin embargo, en nuestra sociedad moderna hay otras fuentes de luz que pueden interferir con el ciclo natural de sueño y vigilia.
La exposición a la luz artificial antes de dormir puede afectar al sueño, y como consecuencia, al estado de ánimo, el rendimiento mental y a la salud. Pero ¿qué ocurre con la luz azul? Nuestra retina tiene células especializadas llamadas células ganglionares de melanopsina intrínsecamente fotosensibles que envían una señal al núcleo supraquiasmático, el “reloj maestro” del cerebro, para que retrase la secreción de melatonina.
El color azul tiene un mayor efecto en la supresión de la melatonina que otros colores. De hecho, se ha encontrado que la luz azul y la luz roja tienen el mismo poder en la supresión de la melatonina, pero solo la luz azul sigue suprimiendo la melatonina durante dos horas después.
La intensidad de la luz antes de acostarse también es un factor importante. La luz LED fría (de 4000K) suprime la melatonina con más fuerza que los fluorescentes.
Por lo tanto, es importante reducir el brillo de las pantallas y evitar el uso de dispositivos al menos una hora antes de acostarse. También es recomendable cuidar otros factores como la dieta y el ejercicio, ya que pueden influir en nuestra salud general.
En cuanto a la postura en la que dormimos, se ha encontrado que se ronca más y hay más apneas boca arriba, lo que puede afectar nuestra salud respiratoria. Por eso es importante cuidar nuestra postura durante la noche.
Nuestros cuerpos han evolucionado para ser criaturas diurnas, y nuestro sentido primario, la vista, funciona mejor con la luz del día. Sin embargo, en nuestra sociedad moderna hay otras fuentes de luz que pueden interferir con el ciclo natural de sueño y vigilia.
La exposición a la luz artificial antes de dormir puede afectar al sueño, y como consecuencia, al estado de ánimo, el rendimiento mental y a la salud. Pero ¿qué ocurre con la luz azul? Nuestra retina tiene células especializadas llamadas células ganglionares de melanopsina intrínsecamente fotosensibles que envían una señal al núcleo supraquiasmático, el “reloj maestro” del cerebro, para que retrase la secreción de melatonina.
El color azul tiene un mayor efecto en la supresión de la melatonina que otros colores. De hecho, se ha encontrado que la luz azul y la luz roja tienen el mismo poder en la supresión de la melatonina, pero solo la luz azul sigue suprimiendo la melatonina durante dos horas después.
La intensidad de la luz antes de acostarse también es un factor importante. La luz LED fría (de 4000K) suprime la melatonina con más fuerza que los fluorescentes.
Por lo tanto, es importante reducir el brillo de las pantallas y evitar el uso de dispositivos al menos una hora antes de acostarse. También es recomendable cuidar otros factores como la dieta y el ejercicio, ya que pueden influir en nuestra salud general.
En cuanto a la postura en la que dormimos, se ha encontrado que se ronca más y hay más apneas boca arriba, lo que puede afectar nuestra salud respiratoria. Por eso es importante cuidar nuestra postura durante la noche.