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Miquel Pardo, el chef que se fue de Cruix tras cuatro años para buscar una nueva apuesta gastronómica, ha encontrado su nuevo hogar en Mallorca 303. La sucursal barcelonesa del restaurante de la joven promesa se abre hoy con un equipo potente y experimentado que busca llevar a Melós al éxito.
El chef Miquel Pardo es el alma mátera de este nuevo restaurante, donde busca seguir su pasión por la gastronomía. El lugar ha sido elegido cuidadosamente y se cuenta con una cocina clásica, un bar y una terraza donde poder disfrutar de las delicias culinarias de Melós.
El equipo que trabaja en Melós es uno de los más destacados de la ciudad, con jefes de cocina experimentados como Juan Bambini y Lucía Navarro. Entre ellos, Vicent Lerena, cuyo currículum incluye restaurantes como Casa Marcial o Saddle y Desde 1911.
El chef Miquel Pardo busca llevar a Melós al éxito, ofreciendo platos que hagan sentir al cliente en un viaje gastronómico por las comarcas. Sus platos más destacados son la codorniz con dos caldos de Melós y el 'rostit' de pollo. El arroz de Melós es otro de los platos que hacen falta en el mercado.
El restaurante cuenta con una sala acogedora donde poder disfrutar de las delicias culinarias. El servicio es atento y profesional, y no faltan detalles, como la decoración artesanal y los juegos de mesa.
En conclusión, Melós parece ser un restaurante con mucho potencial, que busca llevar a Barcelona una experiencia gastronómica única y especial. Su chef Miquel Pardo está muy involucrado en cada detalle del lugar, desde la cocina hasta el servicio, y su equipo es uno de los más destacados de la ciudad.
De la selección que te presentamos, todos ellos son dignos de ser probados. Pero si tuviera que elegir un plato que destacara, diría que la codorniz es el mejor. Su piel crujiente y su sabor intenso se mezclan perfectamente con los dos caldos de Melós.
En conclusión, Melós parece ser un restaurante muy prometedor. Su chef Miquel Pardo ha conseguido crear una cocina clásica, con platos que son a la vez innovadores y tradicionales. El servicio es atento y profesional, y no faltan detalles en la decoración y el diseño del lugar. ¡Es un restaurante que vale la pena visitar!
El chef Miquel Pardo es el alma mátera de este nuevo restaurante, donde busca seguir su pasión por la gastronomía. El lugar ha sido elegido cuidadosamente y se cuenta con una cocina clásica, un bar y una terraza donde poder disfrutar de las delicias culinarias de Melós.
El equipo que trabaja en Melós es uno de los más destacados de la ciudad, con jefes de cocina experimentados como Juan Bambini y Lucía Navarro. Entre ellos, Vicent Lerena, cuyo currículum incluye restaurantes como Casa Marcial o Saddle y Desde 1911.
El chef Miquel Pardo busca llevar a Melós al éxito, ofreciendo platos que hagan sentir al cliente en un viaje gastronómico por las comarcas. Sus platos más destacados son la codorniz con dos caldos de Melós y el 'rostit' de pollo. El arroz de Melós es otro de los platos que hacen falta en el mercado.
El restaurante cuenta con una sala acogedora donde poder disfrutar de las delicias culinarias. El servicio es atento y profesional, y no faltan detalles, como la decoración artesanal y los juegos de mesa.
En conclusión, Melós parece ser un restaurante con mucho potencial, que busca llevar a Barcelona una experiencia gastronómica única y especial. Su chef Miquel Pardo está muy involucrado en cada detalle del lugar, desde la cocina hasta el servicio, y su equipo es uno de los más destacados de la ciudad.
De la selección que te presentamos, todos ellos son dignos de ser probados. Pero si tuviera que elegir un plato que destacara, diría que la codorniz es el mejor. Su piel crujiente y su sabor intenso se mezclan perfectamente con los dos caldos de Melós.
En conclusión, Melós parece ser un restaurante muy prometedor. Su chef Miquel Pardo ha conseguido crear una cocina clásica, con platos que son a la vez innovadores y tradicionales. El servicio es atento y profesional, y no faltan detalles en la decoración y el diseño del lugar. ¡Es un restaurante que vale la pena visitar!