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Los pastores trashumantes de Guadalaviar se acercan a Jaén tras dos meses de viaje, con un rebaño de 2.500 ovejas que les acompaña en su lento camino hacia el refugio de invierno. Después de 20 días sin parar, Ismael Martínez y sus compañeros, acompañados por diez estudiantes de la Facultad de Veterinaria de Zaragoza, han cruzado finalmente los límites de la provincia de Cádiz.
"El camino ha ido bien, dentro de lo normal", admite el pastoreo Ismael Martínez al referirse a su largo viaje, que incluye 40 jornadas con turnos para cada uno de los alumnos. A pesar del cansancio y la fatiga, que se acumula con cada kilómetro recorrido por los 20 kilómetros diarios, el rebaño sigue adelante sin parar.
Los pastores trashumantes están encantados con la presencia de los jóvenes, que les ofrecen un apoyo en momentos necesarios. Además, aportan juventud y alegría al equipo. "Ellos amenizan un poco la noche, por el día lo pasan peor", dice Ismael Martínez, refiriéndose a los estudiantes. Y es que cada jornada es una batalla constante contra las inclemencias del tiempo y la cansancio.
Ismael Martínez relata que "la ducha es cuando llueve" y que los guisos de su compañero Vidal son los mejores momentos de las jornadas. A pesar de las condiciones duras, el equipo sigue adelante sin que la enfermedad de la lengua azul le haya afectado.
El pastoreo espera un buen pasto en Jaén, donde se han caído más de 100 litros de agua por metro cuadrado. "Eso ha remediado un poco" las dificultades que enfrentan los rebaños. Aunque el viaje ha sido difícil debido a la lluvia y el frío, Ismael Martínez asegura que esta prueba "ya está superada". Para él, esta vereda es uno de los dos momentos más esperados del año, junto con junio, cuando busca frescos pastos en la Sierra de Albarracín.
"El camino ha ido bien, dentro de lo normal", admite el pastoreo Ismael Martínez al referirse a su largo viaje, que incluye 40 jornadas con turnos para cada uno de los alumnos. A pesar del cansancio y la fatiga, que se acumula con cada kilómetro recorrido por los 20 kilómetros diarios, el rebaño sigue adelante sin parar.
Los pastores trashumantes están encantados con la presencia de los jóvenes, que les ofrecen un apoyo en momentos necesarios. Además, aportan juventud y alegría al equipo. "Ellos amenizan un poco la noche, por el día lo pasan peor", dice Ismael Martínez, refiriéndose a los estudiantes. Y es que cada jornada es una batalla constante contra las inclemencias del tiempo y la cansancio.
Ismael Martínez relata que "la ducha es cuando llueve" y que los guisos de su compañero Vidal son los mejores momentos de las jornadas. A pesar de las condiciones duras, el equipo sigue adelante sin que la enfermedad de la lengua azul le haya afectado.
El pastoreo espera un buen pasto en Jaén, donde se han caído más de 100 litros de agua por metro cuadrado. "Eso ha remediado un poco" las dificultades que enfrentan los rebaños. Aunque el viaje ha sido difícil debido a la lluvia y el frío, Ismael Martínez asegura que esta prueba "ya está superada". Para él, esta vereda es uno de los dos momentos más esperados del año, junto con junio, cuando busca frescos pastos en la Sierra de Albarracín.