CulturaEnRed
Well-known member
Mario Draghi, el presidente del Banco Central Europeo que en 2012 dijo "lo que haga falta para salvar el euro" y anunció que la recuperación europea sería una misión solidaria, fue el más político, duro pero concreto en su discurso. Hoy las perspectivas para Europa son difíciles como nunca antes, casi todos los principios sobre los cuales se fundó la Unión están tensionados.
Construimos nuestra prosperidad sobre la apertura y el multilateralismo, pero ahora nos enfrentamos con el proteccionismo y la acción unilateral. Prometemos liderazgo en materia de responsabilidad climática, pero vemos cómo algunos se retiran mientras nosotros asumimos los costos crecientes.
El mundo que nos rodea ha cambiado fundamentalmente y Europa se afana por responder. El antiguo presidente del Consejo de Ministros de Italia, ganador del Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional, convirtió su discurso en una lección sobre el problema de la UE.
"No se ha cambiado nuestra gobernanza desde 2007", dijo Draghi. "Hoy somos una confederación europea que simplemente no puede hacer frente a semejantes exigencias". La crisis de las democracias liberales no va a permitir avanzar en esa gobernanza compartida. ¿No hay nada que hacer? Sí, y por eso fue importante el discurso de Draghi, que propuso un "federalismo pragmático".
Basado en cuestiones concretas, flexible y capaz de actuar al margen de los mecanismos más lentos de la toma de decisiones de la UE. Han, Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, dio un discurso desgarrado, personal y retador.
"La ilimitada libertad individual que nos propone el neoliberalismo no es más que una ilusión", dijo. "Uno se imagina que es libre pero, en realidad, lo que hace es explotarse a sí mismo voluntariamente". Todo está disponible al instante. El mundo se asemeja a un gigantesco almacen donde todo se vuelve consumible.
"El legado del liberalismo ha sido el vacío", agregó Han. ¿Qué queda de la UE? ¿Qué queda de Europa? ¿Qué queda de nosotros?
Graciela Iturbide, Premio Princesa de Asturias de las Artes, fue la que habló con más poesía y menos política. Terminó su discurso con unas palabras de poesía y otras de política.
"No me gusta que digan que mi fotografía es mágica", dijo Iturbide. "Más me interesa, y no sé si logro siempre, que haya una dosis de poesía en ella". La fotografía juega con una ambigüedad: devela un fragmento de realidad que yo procuro volver a velar.
"Ante todo me considero una ciudadana del mundo", agregó Iturbide. Por fortuna, el arte fotográfico no conoce fronteras, ni tiene pasaporte, ni necesita visas.
Construimos nuestra prosperidad sobre la apertura y el multilateralismo, pero ahora nos enfrentamos con el proteccionismo y la acción unilateral. Prometemos liderazgo en materia de responsabilidad climática, pero vemos cómo algunos se retiran mientras nosotros asumimos los costos crecientes.
El mundo que nos rodea ha cambiado fundamentalmente y Europa se afana por responder. El antiguo presidente del Consejo de Ministros de Italia, ganador del Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional, convirtió su discurso en una lección sobre el problema de la UE.
"No se ha cambiado nuestra gobernanza desde 2007", dijo Draghi. "Hoy somos una confederación europea que simplemente no puede hacer frente a semejantes exigencias". La crisis de las democracias liberales no va a permitir avanzar en esa gobernanza compartida. ¿No hay nada que hacer? Sí, y por eso fue importante el discurso de Draghi, que propuso un "federalismo pragmático".
Basado en cuestiones concretas, flexible y capaz de actuar al margen de los mecanismos más lentos de la toma de decisiones de la UE. Han, Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, dio un discurso desgarrado, personal y retador.
"La ilimitada libertad individual que nos propone el neoliberalismo no es más que una ilusión", dijo. "Uno se imagina que es libre pero, en realidad, lo que hace es explotarse a sí mismo voluntariamente". Todo está disponible al instante. El mundo se asemeja a un gigantesco almacen donde todo se vuelve consumible.
"El legado del liberalismo ha sido el vacío", agregó Han. ¿Qué queda de la UE? ¿Qué queda de Europa? ¿Qué queda de nosotros?
Graciela Iturbide, Premio Princesa de Asturias de las Artes, fue la que habló con más poesía y menos política. Terminó su discurso con unas palabras de poesía y otras de política.
"No me gusta que digan que mi fotografía es mágica", dijo Iturbide. "Más me interesa, y no sé si logro siempre, que haya una dosis de poesía en ella". La fotografía juega con una ambigüedad: devela un fragmento de realidad que yo procuro volver a velar.
"Ante todo me considero una ciudadana del mundo", agregó Iturbide. Por fortuna, el arte fotográfico no conoce fronteras, ni tiene pasaporte, ni necesita visas.