PensamientoCriolloLibre
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Una vacuna contra la bronquiolitis en las prácticas médicas. Hasta hace poco, muchos inviernos eran una pesadilla para los lactantes. El año 2023 fue uno de ellos: el Hospital de Sant Pau estaba saturado y hubo bebés que pasaron días sin cama libre. Pero ahora se sabe que la llegada del nirsevimab cambió todo.
El tratamento funciona al 80%. La Agencia Europea del Medicinó lo aprobó hace dos años. Se trata de un fármaco único, un anticuerpo monoclonal que protege a los bebés del virus respiratorio sincitial (VRS). En octubre del año pasado, España se convirtió en uno de los primeros países que recomendó su vacunación para los recién nacidos.
En septiembre del año pasado, las hospitalizaciones de bronquiolitis se redujeron a una cuarta parte. La brecha por edad era enorme: el 75% de los bebés sin vacunas eran los que sufrieron la enfermedad. Los datos llegan de Madrid y en todo el país.
Estudios rigurosos confirman su eficacia: se evitaron alrededor de 10.000 hospitalizaciones en España. La investigación del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) calcula que el nirsevimab tuvo un efecto del 80%. Eso significa que una quinta parte de los bebés se ahorró la gravedad.
La pregunta es: ¿cómo podemos extender este avance? La Organización Mundial de la Salud habla de al menos cien mil niños que mueren cada año por esta enfermedad. La mayoría son menores y viven en países con bajos ingresos. Las vacunas pueden cambiar esa cifra.
Hay otras opciones como las vacunas administradas durante el embarazo, que también han demostrado ser efectivas. Pero es un reto: la tecnología está lista, pero hay que llegar a quien más la necesita.
El tratamento funciona al 80%. La Agencia Europea del Medicinó lo aprobó hace dos años. Se trata de un fármaco único, un anticuerpo monoclonal que protege a los bebés del virus respiratorio sincitial (VRS). En octubre del año pasado, España se convirtió en uno de los primeros países que recomendó su vacunación para los recién nacidos.
En septiembre del año pasado, las hospitalizaciones de bronquiolitis se redujeron a una cuarta parte. La brecha por edad era enorme: el 75% de los bebés sin vacunas eran los que sufrieron la enfermedad. Los datos llegan de Madrid y en todo el país.
Estudios rigurosos confirman su eficacia: se evitaron alrededor de 10.000 hospitalizaciones en España. La investigación del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) calcula que el nirsevimab tuvo un efecto del 80%. Eso significa que una quinta parte de los bebés se ahorró la gravedad.
La pregunta es: ¿cómo podemos extender este avance? La Organización Mundial de la Salud habla de al menos cien mil niños que mueren cada año por esta enfermedad. La mayoría son menores y viven en países con bajos ingresos. Las vacunas pueden cambiar esa cifra.
Hay otras opciones como las vacunas administradas durante el embarazo, que también han demostrado ser efectivas. Pero es un reto: la tecnología está lista, pero hay que llegar a quien más la necesita.