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La presidenta del Louvre, Laurence des Cars, ha admitido su "terrible fracaso" en la seguridad de museo, culminante en el robo de una colección valiosa de joyas en el pasado fin de semana. El fraude se produjo sin previo aviso desde la fachada del Louvre, donde cuatro ladrones pudieron escabullirse utilizando un montacargas con la ayuda de una cámara oculta para dirigirse hacia dentro.
Las primeras alarmas sonarían solo cuando los ladrones rompen la Galería Apolo y luego roban finalmente ocho joyas del museo, incluyendo piezas valiosas de la colección Napoleón y la Emperatriz. Des Cars ha rechazado atribuir el fracaso a un "desastre" o "negligencia", sino que reconoce su responsabilidad en ello, afirmando que una falta crónica de inversión en equipos e infraestructura del Louvre contribuyó al robo.
Des Cars ha destacado la importancia de modernizar el sistema de protección del museo, y propone duplicar el número de cámaras exteriores y modernizar el sistema de videoprotección y detección de intrusos. Además, ha solicitado a las autoridades para que abran una comisaría dentro del museo para combatir los métodos actuales de los ladrones organizados.
El botín del robo se estima en 88 millones de euros, incluyendo la corona de la emperatriz Eugenia con 1.354 diamantes y 56 esmeraldas que fueron encontradas rota cerca del museo, mientras la pieza más valiosa de la colección no fue tocada por los ladrones.
Las primeras alarmas sonarían solo cuando los ladrones rompen la Galería Apolo y luego roban finalmente ocho joyas del museo, incluyendo piezas valiosas de la colección Napoleón y la Emperatriz. Des Cars ha rechazado atribuir el fracaso a un "desastre" o "negligencia", sino que reconoce su responsabilidad en ello, afirmando que una falta crónica de inversión en equipos e infraestructura del Louvre contribuyó al robo.
Des Cars ha destacado la importancia de modernizar el sistema de protección del museo, y propone duplicar el número de cámaras exteriores y modernizar el sistema de videoprotección y detección de intrusos. Además, ha solicitado a las autoridades para que abran una comisaría dentro del museo para combatir los métodos actuales de los ladrones organizados.
El botín del robo se estima en 88 millones de euros, incluyendo la corona de la emperatriz Eugenia con 1.354 diamantes y 56 esmeraldas que fueron encontradas rota cerca del museo, mientras la pieza más valiosa de la colección no fue tocada por los ladrones.