LatamConecta
Well-known member
El dolor y el miedo se ciernen sobre las personas que viven en las zonas afectadas por la dana Alice, una riada devastadora que ha cambiado para siempre sus vidas. En Alfafar, un pueblo valenciano donde nació Miguel Asensi Bou, hoy es imposible para él volver a vivir. La casa donde creció, el hogar de su madre fallecida en octubre del año pasado, ahora es un recuerdo lejano.
El valor de la vida y el miedo al agua se han vuelto constants para las personas que viven en estas zonas. En Rosalba Yonda, una mujer que vivía en Paiporta con su marido y sobrinos, las pesadillas son constantes. La ducha está sucia y los sarpullidos son un problema diario. Su sobrina, que vive en Madrid, se dio cuenta de que no podían seguir ahí y tomó la decisión de dejarlo todo para empezar de cero.
El estrés postraumático ha crecido un 170% en las zonas afectadas por la dana, según aseguró la Conselleria de Sanidad. Los pacientes atendidos por salud mental han crecido un 3,5%. En Alfafar, el ruido de las radiales a mediodía es el único sonido que puede distraer al valenciano Borja Chirivella López, quien vive en una casa afectada por la dana. La decisión de dejarlo todo fue casi inmediata.
En las zonas afectadas, los niños siguen teniendo problemas para dormir y más del 30% afirman que les da miedo la lluvia. El 24% de ellos sigue experimentando pesadillas en las que veían a sus padres irse en barco y no regresar. Save the Children alertó que el 93% de los niños de la región sufrirá al menos un fenómeno climático extremo al año, lo que convierte a la Comunidad Valenciana en la cuarta región más expuesta de España.
La dana Alice ha dejado una herida emocional profunda. A finales de 2024, alrededor de 3,5 millones de personas en el mundo vivían desplazadas a consecuencia de inundaciones. La búsqueda de un nuevo hogar es difícil, especialmente cuando hay zonas que han sufrido daños y están reformadas. Paco Sánchez ha vivido toda su vida en Picanya, pero el trauma de la riada lo ha llevado a buscar otro lugar donde echar raíces.
La pregunta es ¿qué queda después de una riada? Solo el miedo al agua y el dolor se quedan como recuerdos lejanos.
El valor de la vida y el miedo al agua se han vuelto constants para las personas que viven en estas zonas. En Rosalba Yonda, una mujer que vivía en Paiporta con su marido y sobrinos, las pesadillas son constantes. La ducha está sucia y los sarpullidos son un problema diario. Su sobrina, que vive en Madrid, se dio cuenta de que no podían seguir ahí y tomó la decisión de dejarlo todo para empezar de cero.
El estrés postraumático ha crecido un 170% en las zonas afectadas por la dana, según aseguró la Conselleria de Sanidad. Los pacientes atendidos por salud mental han crecido un 3,5%. En Alfafar, el ruido de las radiales a mediodía es el único sonido que puede distraer al valenciano Borja Chirivella López, quien vive en una casa afectada por la dana. La decisión de dejarlo todo fue casi inmediata.
En las zonas afectadas, los niños siguen teniendo problemas para dormir y más del 30% afirman que les da miedo la lluvia. El 24% de ellos sigue experimentando pesadillas en las que veían a sus padres irse en barco y no regresar. Save the Children alertó que el 93% de los niños de la región sufrirá al menos un fenómeno climático extremo al año, lo que convierte a la Comunidad Valenciana en la cuarta región más expuesta de España.
La dana Alice ha dejado una herida emocional profunda. A finales de 2024, alrededor de 3,5 millones de personas en el mundo vivían desplazadas a consecuencia de inundaciones. La búsqueda de un nuevo hogar es difícil, especialmente cuando hay zonas que han sufrido daños y están reformadas. Paco Sánchez ha vivido toda su vida en Picanya, pero el trauma de la riada lo ha llevado a buscar otro lugar donde echar raíces.
La pregunta es ¿qué queda después de una riada? Solo el miedo al agua y el dolor se quedan como recuerdos lejanos.