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Un inquilino de dos habitaciones en Tampere, Finlandia, se quedó con un gran surtido de consecuencias después de dejar a sus mascotas y huéspedes sin cuidar su apartamento. Fue el dueño del edificio quien descubrió que la vivienda olía terriblemente y tenía humedades y daños en los paneles de las paredes, lo cual fue causa de la orina de gato del minino.
El dueño del inmueble se enfureció cuando el dueño del apartamento le pidió dinero para reparar los daños causados por sus mascotas, pero resulta que el gato en cuestión era el responsable de la humedad y la fragilidad. El dueño del edificio había solicitado 9.153 euros, mientras que el tribunal determinó que el inquilino debía pagar solo 7.381 euros.
El informe de inspección revela que el apartamento tenía un olor desagradable a orina de gato y daños en la estructura debido al exceso de humedad causado por las orinas del minino. El inquilino afirmaba que no había causado los daños, pero la investigación determinó que exactamente lo contrario era cierto.
El fallo final fue claro: el inquilino es responsable de los problemas en el apartamento y debe hacerse cargo de las reparaciones.
El dueño del inmueble se enfureció cuando el dueño del apartamento le pidió dinero para reparar los daños causados por sus mascotas, pero resulta que el gato en cuestión era el responsable de la humedad y la fragilidad. El dueño del edificio había solicitado 9.153 euros, mientras que el tribunal determinó que el inquilino debía pagar solo 7.381 euros.
El informe de inspección revela que el apartamento tenía un olor desagradable a orina de gato y daños en la estructura debido al exceso de humedad causado por las orinas del minino. El inquilino afirmaba que no había causado los daños, pero la investigación determinó que exactamente lo contrario era cierto.
El fallo final fue claro: el inquilino es responsable de los problemas en el apartamento y debe hacerse cargo de las reparaciones.