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El ex multimillonario y exoligarca ruso Mijaíl Jodorkovski ha sido acusado de crear una "organización terrorista" con vínculos paramilitares ucranianos. El Servicio de Seguridad Federal de Rusia (FSB) le ha atribuido la creación de esta supuesta organización, junto a otros 22 exiliados, que están siendo investigados por su participación en una supuesta comunidad terrorista con el objetivo de tomar el poder de forma violenta.
Jodorkovski, quien reside en Gran Bretaña, calificó estas acusaciones como "mentiras" y dijo que las acusaciones sugieren que el Kremlin está preocupado por la transferencia de poder que se producirá tras la salida de Putin. Según él, todos los dictadores rusos que han abandonado el poder entre los 70 y los 80 años de edad lo hicieron debido a su avanzada edad.
La constitución rusa establece que en caso de muerte o incapacidad del presidente, el primer ministro asumirá el cargo de forma interina. Sin embargo, muchos temen que surjan luchas de poder internas y inestabilidad durante este período. Jodorkovski considera que esta transición podría ser una buena oportunidad para impulsar una Rusia democrática.
El FSB ha abierto casos penales contra más de 20 opositores exiliados, incluyendo a Jodorkovski, quienes son acusados de organizar una comunidad terrorista con el fin de tomar el poder de forma violenta. Ellos integran el Comité Antibélico de Rusia, una plataforma que busca combatir la "dictadura agresiva" de Putin.
Entre los acusados figuran también otros exiliados rusos que están fuera del país, como Iliá Yashin y Vladímir Kara-Murzá. Poco antes de que se hiciera pública la acusación del FSB, Yashin reveló que había sido incorporado al registro de "extremistas y terroristas" gestionado por Rosfinmonitóring.
El código penal ruso establece que la organización de una comunidad terrorista puede ser castigada con cadena perpetua, mientras que participar en una de ellas conlleva hasta 15 años de prisión. La toma violenta del poder se castiga con hasta 20 años de cárcel.
En este contexto, Jodorkovski ha dicho que "no tengo ni una gota de sangre en las manos" y que él mismo no es un terrorista, pero que otros sí lo son. Afirmó que Putin y sus generales matan gente a diario y convierten en ruinas ciudades pacíficas, mientras que él está siendo acusado de ser el terrorista.
La situación sigue sin claridad, y muchos están esperando con ansias cómo se desarrollará la historia.
Jodorkovski, quien reside en Gran Bretaña, calificó estas acusaciones como "mentiras" y dijo que las acusaciones sugieren que el Kremlin está preocupado por la transferencia de poder que se producirá tras la salida de Putin. Según él, todos los dictadores rusos que han abandonado el poder entre los 70 y los 80 años de edad lo hicieron debido a su avanzada edad.
La constitución rusa establece que en caso de muerte o incapacidad del presidente, el primer ministro asumirá el cargo de forma interina. Sin embargo, muchos temen que surjan luchas de poder internas y inestabilidad durante este período. Jodorkovski considera que esta transición podría ser una buena oportunidad para impulsar una Rusia democrática.
El FSB ha abierto casos penales contra más de 20 opositores exiliados, incluyendo a Jodorkovski, quienes son acusados de organizar una comunidad terrorista con el fin de tomar el poder de forma violenta. Ellos integran el Comité Antibélico de Rusia, una plataforma que busca combatir la "dictadura agresiva" de Putin.
Entre los acusados figuran también otros exiliados rusos que están fuera del país, como Iliá Yashin y Vladímir Kara-Murzá. Poco antes de que se hiciera pública la acusación del FSB, Yashin reveló que había sido incorporado al registro de "extremistas y terroristas" gestionado por Rosfinmonitóring.
El código penal ruso establece que la organización de una comunidad terrorista puede ser castigada con cadena perpetua, mientras que participar en una de ellas conlleva hasta 15 años de prisión. La toma violenta del poder se castiga con hasta 20 años de cárcel.
En este contexto, Jodorkovski ha dicho que "no tengo ni una gota de sangre en las manos" y que él mismo no es un terrorista, pero que otros sí lo son. Afirmó que Putin y sus generales matan gente a diario y convierten en ruinas ciudades pacíficas, mientras que él está siendo acusado de ser el terrorista.
La situación sigue sin claridad, y muchos están esperando con ansias cómo se desarrollará la historia.