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Un caso de "vuelva mañana" en la Moncloa
El Gobierno, que ya está decidido a no perder tiempo, ha prometido agilidad en los trámites electorales. La disposición ejecutiva, como se conoce a este tipo de ordenanzas sin sentido legal, busca resolver el "vuelva mañana" de los ciudadanos ante las instituciones públicas.
La verdad es que la Administración ha sido siempre un ejemplo de procrastinación y ineficacia en la resolución de problemas. Los funcionarios públicos, tras una larga espera, nos dicen simplemente: "póngase con uno de nuestros agentes". Un manejo tan despectivo hacia los ciudadanos es un recordatorio constante de que la espera no tiene valor.
En realidad, solo ha cambiado el lema desde hace siglos. Los salarios de la Administración son un peso para todos nosotros y las consultas telefónicas parecen ser una forma más cómoda de pagar nuestros impuestos indirectos. Pero no es esto lo que más nos molesta: es la falta de compromiso en la resolución de problemas.
El Gobierno, tras una larga espera, ha decidido romper con esta tradición y pone una orden para que se atiendan los votantes sobre la marcha. Un avance, pero no es suficiente. La verdad es que muchos políticos mienten como si estuvieran en la cima de un acantilado inmortal. Y el sistema siempre busca mantener la estabilidad a través de estas formas de manipulación.
¿Será que esta disposición ejecutiva sea más que una forma de engañarnos a nosotros mismos? ¿O simplemente es otra forma de "vuelva mañana" para los ciudadanos? La verdad es que muchos españoles somos desconfiados por naturaleza y necesitamos ver en la acción.
El Gobierno, que ya está decidido a no perder tiempo, ha prometido agilidad en los trámites electorales. La disposición ejecutiva, como se conoce a este tipo de ordenanzas sin sentido legal, busca resolver el "vuelva mañana" de los ciudadanos ante las instituciones públicas.
La verdad es que la Administración ha sido siempre un ejemplo de procrastinación y ineficacia en la resolución de problemas. Los funcionarios públicos, tras una larga espera, nos dicen simplemente: "póngase con uno de nuestros agentes". Un manejo tan despectivo hacia los ciudadanos es un recordatorio constante de que la espera no tiene valor.
En realidad, solo ha cambiado el lema desde hace siglos. Los salarios de la Administración son un peso para todos nosotros y las consultas telefónicas parecen ser una forma más cómoda de pagar nuestros impuestos indirectos. Pero no es esto lo que más nos molesta: es la falta de compromiso en la resolución de problemas.
El Gobierno, tras una larga espera, ha decidido romper con esta tradición y pone una orden para que se atiendan los votantes sobre la marcha. Un avance, pero no es suficiente. La verdad es que muchos políticos mienten como si estuvieran en la cima de un acantilado inmortal. Y el sistema siempre busca mantener la estabilidad a través de estas formas de manipulación.
¿Será que esta disposición ejecutiva sea más que una forma de engañarnos a nosotros mismos? ¿O simplemente es otra forma de "vuelva mañana" para los ciudadanos? La verdad es que muchos españoles somos desconfiados por naturaleza y necesitamos ver en la acción.