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Dos buques gigantes que costaron una fortuna en euros se quedan atascados en el puerto porque la empresa de ferri no se dio cuenta de que necesitaba construir un muelle para recibirlos. Dos barcos, Spirit of Tasmania IV y V, que valoran cada uno 400 millones de euros, deben esperar un año más para ponerlos en marcha.
El primer barco, que llegó a Australia en agosto de este año después de una historia de retrasos y averías, debía recibir un muelle adecuado pero no lo hubo. Por eso tuvo que pasar seis meses en el puerto de Geelong, mientras su gemelo se quedaba sin rumbo en Escocia. El Spirit of Tasmania V, que llegó en junio, sigue atascado en el puerto de Leith, a 17.000 kilómetros del destino.
Estos barcos son una gran novedad para la flota de ferri que conecta Australia con Tasmania. Son más grandes y eficientes, con motores que funcionan al mismo tiempo con diésel y gas natural líquido (GNL), lo que les permite transportar hasta 1.800 pasajeros, un 40% más que los actuales.
El proyecto se ha convertido en uno de los mayores fracasos logísticos recientes, y ahora el muelle que faltaba es la clave para poner estos barcos en servicio. La empresa debe retroceder y construir el muelle necesario antes de que el Spirit of Tasmania IV pueda zarpar.
El primer barco, que llegó a Australia en agosto de este año después de una historia de retrasos y averías, debía recibir un muelle adecuado pero no lo hubo. Por eso tuvo que pasar seis meses en el puerto de Geelong, mientras su gemelo se quedaba sin rumbo en Escocia. El Spirit of Tasmania V, que llegó en junio, sigue atascado en el puerto de Leith, a 17.000 kilómetros del destino.
Estos barcos son una gran novedad para la flota de ferri que conecta Australia con Tasmania. Son más grandes y eficientes, con motores que funcionan al mismo tiempo con diésel y gas natural líquido (GNL), lo que les permite transportar hasta 1.800 pasajeros, un 40% más que los actuales.
El proyecto se ha convertido en uno de los mayores fracasos logísticos recientes, y ahora el muelle que faltaba es la clave para poner estos barcos en servicio. La empresa debe retroceder y construir el muelle necesario antes de que el Spirit of Tasmania IV pueda zarpar.