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Un hombre ha sido condenado a dos años de cárcel por agredir físicamente a otra persona que le había pedido que moviera su vehículo en Santander. La víctima sufrió lesiones graves, incluyendo traumatismo craneoencefálico, fractura de nariz, contusión ocular y pérdida de un diente.
La discusión se inició cuando el acusado pedía que se moviera su vehículo. En ese momento, ambos hombres entraron en una disputa verbal, lo que llevó a que el acusado propinara varios puñetazos al otro hombre. La fiscalía ha retirado la acusación contra un tercer hombre que estaba presente en el incidente.
La sentencia también establece que el acusado ha reconocido los hechos y ha admitido ser autor de un delito de lesiones con deformidad, aunque ha solicitado la atenuante de reparación del daño. En este sentido, ha indemnizado a la víctima y al Servicio Cántabro de Salud en las cantidades inicialmente solicitadas: 5.300 euros y 1.744 euros respectivamente.
La Audiencia Provincial de Cantabria ha considerado que el comportamiento del acusado fue inaceptable y ha condenado a dos años de prisión, lo que refleja la gravedad de las lesiones sufridas por la víctima. La sentencia también es un recordatorio de la importancia de resolver conflictos de manera pacífica y respetuosa.
La discusión se inició cuando el acusado pedía que se moviera su vehículo. En ese momento, ambos hombres entraron en una disputa verbal, lo que llevó a que el acusado propinara varios puñetazos al otro hombre. La fiscalía ha retirado la acusación contra un tercer hombre que estaba presente en el incidente.
La sentencia también establece que el acusado ha reconocido los hechos y ha admitido ser autor de un delito de lesiones con deformidad, aunque ha solicitado la atenuante de reparación del daño. En este sentido, ha indemnizado a la víctima y al Servicio Cántabro de Salud en las cantidades inicialmente solicitadas: 5.300 euros y 1.744 euros respectivamente.
La Audiencia Provincial de Cantabria ha considerado que el comportamiento del acusado fue inaceptable y ha condenado a dos años de prisión, lo que refleja la gravedad de las lesiones sufridas por la víctima. La sentencia también es un recordatorio de la importancia de resolver conflictos de manera pacífica y respetuosa.