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En Albacete, una pareja sin escrúpulos se ha convertido en un problema constante para los propietarios de bares y restaurantes. Su patrón es siempre el mismo: pedir platos caros, comer con tranquilidad y luego abandonar el local sin abonar la cuenta.
La hostelera que denunció este caso describe a la pareja como aparentemente normal, pero con un aspecto descuidado. "Tú atiendes a todo el mundo", afirma. "No piensas que se vayan a ir sin pagar". La pareja pede lo mejor y lo más caro, desde marisco hasta postres, lo que eleva fácilmente la cuenta a 60 o 70 euros.
El 'modus operandi' es siempre el mismo: uno de los miembros sale a fumar mientras el otro permanece sentado. Luego intercambian papeles y se largan en varias ocasiones, lo que dificulta tenerlos bajo control. "En cuanto te descuidas, se largan", asegura la hostelera.
Este caso no es un hecho aislado. Otros propietarios de bares y restaurantes han informado de situaciones idénticas, hasta el punto de que algunos ya habían compartido imágenes de la pareja en grupos internos del sector tras episodios ocurridos en otros locales.
La situación ha llevado a una sensación de impotencia entre los propietarios de bares y restaurantes. "La Policía nos dice que mientras no superen los 400 euros, no les pueden hacer nada", afirma la hostelera. Algunos negocios incluso han plantado la idea de denunciar conjuntamente, pero el abogado de la Asociación de Hostelería ha explicado que ese tipo de denuncia no sirve en un juicio y que cada caso debe tramitarse por separado.
La falta de coordinación y medidas efectivas para evitar este tipo de casos es lo que genera frustración entre los propietarios. "Queremos encontrar una solución", afirma la hostelera. "No queremos que esta práctica se convierta en una norma". Pero hasta ahora, no hay señales de que se estén tomando medidas efectivas para parar este fenómeno.
La hostelera que denunció este caso describe a la pareja como aparentemente normal, pero con un aspecto descuidado. "Tú atiendes a todo el mundo", afirma. "No piensas que se vayan a ir sin pagar". La pareja pede lo mejor y lo más caro, desde marisco hasta postres, lo que eleva fácilmente la cuenta a 60 o 70 euros.
El 'modus operandi' es siempre el mismo: uno de los miembros sale a fumar mientras el otro permanece sentado. Luego intercambian papeles y se largan en varias ocasiones, lo que dificulta tenerlos bajo control. "En cuanto te descuidas, se largan", asegura la hostelera.
Este caso no es un hecho aislado. Otros propietarios de bares y restaurantes han informado de situaciones idénticas, hasta el punto de que algunos ya habían compartido imágenes de la pareja en grupos internos del sector tras episodios ocurridos en otros locales.
La situación ha llevado a una sensación de impotencia entre los propietarios de bares y restaurantes. "La Policía nos dice que mientras no superen los 400 euros, no les pueden hacer nada", afirma la hostelera. Algunos negocios incluso han plantado la idea de denunciar conjuntamente, pero el abogado de la Asociación de Hostelería ha explicado que ese tipo de denuncia no sirve en un juicio y que cada caso debe tramitarse por separado.
La falta de coordinación y medidas efectivas para evitar este tipo de casos es lo que genera frustración entre los propietarios. "Queremos encontrar una solución", afirma la hostelera. "No queremos que esta práctica se convierta en una norma". Pero hasta ahora, no hay señales de que se estén tomando medidas efectivas para parar este fenómeno.