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Caseros que intentan cobrar a sus inquilinas la tasa de basura deben pensar dos veces.
Una casera, Josep, con 30 años y de Valencia, nunca se imaginó que tuviera que pagar la tasa. Sin embargo, su arrendador le escribió un mensaje diciendo que debía asumir el pago. El caso de Josep formará parte de la confusión generada por la recién instaurada tasa de basuras o "basurazo".
Muchos arrendadores han interpretado que el impuesto debe ser asumido por los inquilinos, que aceptan pagarla sin conocerse bien las normas. En realidad, es responsabilidad del propietario de la vivienda. El Ayuntamiento de Madrid ha indicado que "el propietario podrá exigir al inquilino que le abone la cantidad pagada por la tasa" en la carta enviada a los caseros para informar sobre el impuesto.
Sin embargo, muchos arrendadores han optado por cobrar a sus inquilinas la tasa de basura sin incluirla en el contrato. Caseros están utilizando este argumento para cobrar al que las genera. "La ley es clara", afirma Lorenzo Colino, CEO de Renta Garantizada, "el que debe pagar la tasa de basuras es el propietario, pero algunos inquilinos entienden que realmente la tasa va destinada a quien provoca los residuos".
En Madrid, el importe dependerá del tamaño de la vivienda y del número de personas que viven en ella. El pago se incluirá en el recibo del agua, por lo que serán los titulares del suministro quienes deberán abonarlo. "Es un servicio más", afirma Miguel Ángel Sánchez, secretario general de la Confederación Cámaras de Propiedad Urbana.
En algunos casos, los caseros han optado por pedir a sus inquilinos que se modifiquen los contratos para incluir la tasa de basura. En el caso de una pareja que comparte piso en el barrio madrileño de Cortes, su casero les pidió que se mudaran a un contrato que incluyera la tasa de las basuras.
Este es el caso de Amanda y su novia, quienes acabaron por aceptar la solicitud del casero para evitar mayores represalias. "Nosotras podríamos haberlo peleado", dice esta madrileña de 26 años, "pero hemos pensado que igual, si nos oponemos, nos sube el alquiler".
Una casera, Josep, con 30 años y de Valencia, nunca se imaginó que tuviera que pagar la tasa. Sin embargo, su arrendador le escribió un mensaje diciendo que debía asumir el pago. El caso de Josep formará parte de la confusión generada por la recién instaurada tasa de basuras o "basurazo".
Muchos arrendadores han interpretado que el impuesto debe ser asumido por los inquilinos, que aceptan pagarla sin conocerse bien las normas. En realidad, es responsabilidad del propietario de la vivienda. El Ayuntamiento de Madrid ha indicado que "el propietario podrá exigir al inquilino que le abone la cantidad pagada por la tasa" en la carta enviada a los caseros para informar sobre el impuesto.
Sin embargo, muchos arrendadores han optado por cobrar a sus inquilinas la tasa de basura sin incluirla en el contrato. Caseros están utilizando este argumento para cobrar al que las genera. "La ley es clara", afirma Lorenzo Colino, CEO de Renta Garantizada, "el que debe pagar la tasa de basuras es el propietario, pero algunos inquilinos entienden que realmente la tasa va destinada a quien provoca los residuos".
En Madrid, el importe dependerá del tamaño de la vivienda y del número de personas que viven en ella. El pago se incluirá en el recibo del agua, por lo que serán los titulares del suministro quienes deberán abonarlo. "Es un servicio más", afirma Miguel Ángel Sánchez, secretario general de la Confederación Cámaras de Propiedad Urbana.
En algunos casos, los caseros han optado por pedir a sus inquilinos que se modifiquen los contratos para incluir la tasa de basura. En el caso de una pareja que comparte piso en el barrio madrileño de Cortes, su casero les pidió que se mudaran a un contrato que incluyera la tasa de las basuras.
Este es el caso de Amanda y su novia, quienes acabaron por aceptar la solicitud del casero para evitar mayores represalias. "Nosotras podríamos haberlo peleado", dice esta madrileña de 26 años, "pero hemos pensado que igual, si nos oponemos, nos sube el alquiler".