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El Ceutí Miguel Rodríguez sigue vivo con vitalidad a los 96 años, rodeado de su familia. El hombre que se enamoró a los veinte y se casó a los 23 años, ha dedicado su vida a hacer cumplir sus hijos lo mejor posible. A pesar de nacer en Alhucemas, Marruecos, siempre ha mantenido fuerte el espíritu ceutí.
Este domingo, Miguel celebrará un año que muchos consideran como un centenario, y su familia se sienta a su alrededor para disfrutar de su compañía. Sus seres queridos deciden festejar este momento especial sin ausentarse, y por eso, todo lo que hacen es sonreír.
Su vida ha estado lleno de grandes momentos y personajes. A los 23 años, se casó con María, a la que conoció cuando ella tenía solo dieciséis años. Juntos han formado una familia que creció en Villajovita y más tarde se mudó al grupo Solís. Ahora tienen cinco nietos y cuatro bisabuelo.
Pero no todo ha sido fácil. Desde muy joven, Miguel tuvo que trabajar para llevar a su madre, que era la única persona con quien se encontraba, un trozo de pan, a los siete años. Pasó la mili en Larache y obtuvo empleos en el Casino Militar y como cobrador de autobuses. La Guerra civil fue un momento oscuro en su vida.
Miguel ha estado comprometido con su comunidad durante toda su vida. Fue tesorero de la asociación vecinal de Solís cuando se fundó, y formó parte de la junta directiva del Hogar del pensionista. Su vida ha sido una mezcla de trabajo, familia y dedicación a la comunidad.
Miguel está orgulloso de ser el hombre que es y desea seguir viviendo muchos más años. Sus seres queridos se sienten muy orgullosos de él y desean que cumpla muchos más años, así como disfrutar de este regalo especial que les han dado.
Este domingo, Miguel celebrará un año que muchos consideran como un centenario, y su familia se sienta a su alrededor para disfrutar de su compañía. Sus seres queridos deciden festejar este momento especial sin ausentarse, y por eso, todo lo que hacen es sonreír.
Su vida ha estado lleno de grandes momentos y personajes. A los 23 años, se casó con María, a la que conoció cuando ella tenía solo dieciséis años. Juntos han formado una familia que creció en Villajovita y más tarde se mudó al grupo Solís. Ahora tienen cinco nietos y cuatro bisabuelo.
Pero no todo ha sido fácil. Desde muy joven, Miguel tuvo que trabajar para llevar a su madre, que era la única persona con quien se encontraba, un trozo de pan, a los siete años. Pasó la mili en Larache y obtuvo empleos en el Casino Militar y como cobrador de autobuses. La Guerra civil fue un momento oscuro en su vida.
Miguel ha estado comprometido con su comunidad durante toda su vida. Fue tesorero de la asociación vecinal de Solís cuando se fundó, y formó parte de la junta directiva del Hogar del pensionista. Su vida ha sido una mezcla de trabajo, familia y dedicación a la comunidad.
Miguel está orgulloso de ser el hombre que es y desea seguir viviendo muchos más años. Sus seres queridos se sienten muy orgullosos de él y desean que cumpla muchos más años, así como disfrutar de este regalo especial que les han dado.