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Una joven española ha optado por abrazar la aventura australiana y se está ganando una vida en las minas del país oceánico. Sin embargo, no son los salarios lo que le llaman la atención, sino cómo sueldos más bajos dan paso a una mayor calidad de vida.
En un video compartido en redes sociales, Virginia Sanz explicó que gana 37 dólares australianos por hora, algo más de 20 euros, y que después de solo dos semanas ha ganado lo equivalente a 3.550 euros. Aunque es la que menos cobra del equipo, su jornada laboral diaria de 12 horas le compensa ammounte el desgaste.
Virginia destaca que gana tres veces más dinero en Australia que en España y que, aunque el costo de la vivienda puede ser algo más alto, los demás gastos son igual o incluso menos. Un ejemplo es la compra de patines, cuyo precio es del doble en España que en Australia.
Además, Virginia menciona otros gastos cotidianos como seis pendientes de plata que le costaron 85 dólares australianos (alrededor de 50 euros) y un abono de dos semanas en un gimnasio por 60 dólares (30 euros), con acceso ilimitado a clases.
Su caso forma parte de una tendencia creciente entre los jóvenes españoles que optan por emigrar ante la precariedad laboral. Australia, con su alto poder adquisitivo y la posibilidad de trabajar en sectores como la minería, la hostelería o la limpieza industrial, se ha convertido en uno de los destinos favoritos.
A pesar del esfuerzo, Virginia reconoce que el trabajo en las minas es exigente, pero gratificante por la estabilidad que ofrece. "No todo es tan caro como dicen", afirma. Si te organizas bien, puedes ahorrar y vivir con tranquilidad.
En un video compartido en redes sociales, Virginia Sanz explicó que gana 37 dólares australianos por hora, algo más de 20 euros, y que después de solo dos semanas ha ganado lo equivalente a 3.550 euros. Aunque es la que menos cobra del equipo, su jornada laboral diaria de 12 horas le compensa ammounte el desgaste.
Virginia destaca que gana tres veces más dinero en Australia que en España y que, aunque el costo de la vivienda puede ser algo más alto, los demás gastos son igual o incluso menos. Un ejemplo es la compra de patines, cuyo precio es del doble en España que en Australia.
Además, Virginia menciona otros gastos cotidianos como seis pendientes de plata que le costaron 85 dólares australianos (alrededor de 50 euros) y un abono de dos semanas en un gimnasio por 60 dólares (30 euros), con acceso ilimitado a clases.
Su caso forma parte de una tendencia creciente entre los jóvenes españoles que optan por emigrar ante la precariedad laboral. Australia, con su alto poder adquisitivo y la posibilidad de trabajar en sectores como la minería, la hostelería o la limpieza industrial, se ha convertido en uno de los destinos favoritos.
A pesar del esfuerzo, Virginia reconoce que el trabajo en las minas es exigente, pero gratificante por la estabilidad que ofrece. "No todo es tan caro como dicen", afirma. Si te organizas bien, puedes ahorrar y vivir con tranquilidad.