El vicepresidente estadounidense J.D. Vance ha reiterado en Jerusalén su compromiso de desarmar al grupo islamista Hamás, una tarea que considera "repetitiva y difícil". Durante una reunión con el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, Vance expresó que la administración de Donald Trump está dispuesta a trabajar con Israel para supervisar la implementación del alto el fuego en la Franja de Gaza, pero también aseguró que Estados Unidos no acepta la violencia y que Hamás ya no puede ser una amenaza para su amigo en Israel.
La posición de Vance ha sido recibida con satisfacción por Netanyahu, quien agradeció la visita y destacó la solidaridad del vicepresidente estadounidense con la causa común entre ambos países. Sin embargo, también hay preocupación sobre el papel de Hamás en la región. El grupo islámico ha anunciado que detendrá sus ejecuciones públicas de miembros de bandas y clanes rivales, un cambio que podría tener un impacto significativo en la dinámica política de Gaza.
La decisión de Hamás se debe en parte a las críticas internacionales sobre el grupo por su comportamiento violento. La milicia islamista ha llevado a cabo varias redadas y operaciones contra clanes que acusan de colaborar con Israel, pero también ha sido criticada por su comportamiento autoritario. Radea, una unidad de la policía de Hamás dedicada a la persecución de grupos armados, se encuentra en el centro de estas controversias.
La implementación del alto el fuego es un desafío para ambos países. Vance y Netanyahu coinciden en que hay una tarea complicada por delante: desarmar a Hamás y reconstruir Gaza, y mejorar la vida de la gente en Gaza sin permitir que el grupo islamista siga siendo una amenaza para Israel.
La posición de Vance ha sido recibida con satisfacción por Netanyahu, quien agradeció la visita y destacó la solidaridad del vicepresidente estadounidense con la causa común entre ambos países. Sin embargo, también hay preocupación sobre el papel de Hamás en la región. El grupo islámico ha anunciado que detendrá sus ejecuciones públicas de miembros de bandas y clanes rivales, un cambio que podría tener un impacto significativo en la dinámica política de Gaza.
La decisión de Hamás se debe en parte a las críticas internacionales sobre el grupo por su comportamiento violento. La milicia islamista ha llevado a cabo varias redadas y operaciones contra clanes que acusan de colaborar con Israel, pero también ha sido criticada por su comportamiento autoritario. Radea, una unidad de la policía de Hamás dedicada a la persecución de grupos armados, se encuentra en el centro de estas controversias.
La implementación del alto el fuego es un desafío para ambos países. Vance y Netanyahu coinciden en que hay una tarea complicada por delante: desarmar a Hamás y reconstruir Gaza, y mejorar la vida de la gente en Gaza sin permitir que el grupo islamista siga siendo una amenaza para Israel.