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Primarias de éxito y ruina moral.
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno desde junio de 2019, reconquistó en 2017 la secretaría general del PSOE, pero su liderazgo fue traicionado por la mitad de su última Ejecutiva. Los barones habían participado de un golpe sincronizado desde Andalucía para tumbar su liderazgo y, tras la convocatoria de unas primarias para decidir quién tomaría las riendas del partido, tótems y primeras espadas de los territorios se volcaron con la candidatura de Susana Díaz. Los cuadros medios optaron por el segundo aspirante en liza, Patxi López. Y Sánchez echó mano del sobrante, de socialistas de cuarta y quinta fila, lo que unos llaman “los desarrapados”, otros, “los apartados” y alguno, “los eternos damnificados por el establishment”.
Fue durante aquella campaña cuando se acercaron a él personajes como José Luis Ábalos, Santos Cerdán, Koldo García, José Antonio Rodríguez Salas (el exalcalde de Jun, cuya historia aún está por escribir), Paco Salazar y otros perfiles similares. Todos ellos forman parte de una historia de éxito con un final de ruina moral. Porque algunos han sido con el tiempo protagonistas de algunos de los capítulos de miseria, insolvencia, corrupción, acoso sexual o machismo que envenenan los sueños del hoy presidente del Gobierno y de todo el PSOE.
Este miércoles la Fiscalía Anticorrupción ha pedido 24 años de prisión y multa de más de 3,9 millones de euros para el exministro de Transportes José Luis Ábalos por las supuestas irregularidades en la compra de mascarillas durante la pandemia. Y otros 19,5 años y 3,9 millones de multa para quien fuera su asesor, Koldo García. Se les acusa de cinco delitos: organización criminal, cohecho, uso de información privilegiada, tráfico de influencias y malversación.
Y también este miércoles el juez del Tribunal Supremo Leopoldo Puente decretó la libertad provisional de Santos Cerdán, tras cinco meses en prisión, al considerar mitigado el riesgo de destrucción de pruebas y “robustecidos” los indicios de delito, tras un último informe de la Guardia Civil y varios registros realizados la semana pasada en varias empresas vinculadas a la trama que operaba en el Ministerio de Transportes en tiempos de Ábalos como su titular. La UCO apunta a que Cerdán actuó como “enlace” entre las empresas constructoras y el Ministerio para conseguir comisiones del 2% por el amaño de obra pública. Según los investigadores, el 75,33% de los ingresos de la empresa Servinabar —propiedad de Joseba Antxon Alonso y con una participación de Cerdán del 45%— provenían de Acciona (6,7 millones de euros), que pagaba un porcentaje a la empresa navarra por cada obra que obtenían de forma irregular. El exdirigente socialista había utilizado para gastos particulares una tarjeta de crédito de la empresa Servinabar, la misma que pagó el alquiler para él de dos casas en Madrid una vez que este fue nombrado secretario de Coordinación Territorial del PSOE (número dos de Ábalos) y que tuvo a sueldo a su esposa, su hermana y su cuñado.
El caso Ábalos ha sido un calvario. Fue durante la campaña cuando se acercaron a él personajes como José Luis Ábalos, Santos Cerdán, Koldo García, José Antonio Rodríguez Salas (el exalcalde de Jun), Paco Salazar y otros perfiles similares. Todos ellos forman parte de una historia de éxito con un final de ruina moral. Porque algunos han sido con el tiempo protagonistas de algunos de los capítulos de miseria, insolvencia, corrupción, acoso sexual o machismo que envenenan los sueños del hoy presidente del Gobierno y de todo el PSOE.
Entre julio de ese año y febrero de 2024, Ábalos formó parte del Grupo Socialista en el Congreso hasta que la UCO de la Guardia Civil detuvo a Koldo García en el marco de una investigación abierta dos años antes por el presunto cobro de comisiones en la venta de mascarillas durante la pandemia. Fue detenido y puesto en libertad después de prestar declaración ante el juez Ismael Moreno de la Audiencia Nacional, que puso bajo sospecha contratos por importe de más de 50 millones de euros.
En una reunión previa a su nombramiento como ministro de Transportes, Ábalos supuestamente se acordó con Koldo García el cobro de comisiones del 2% sobre las obras que se le encomendaran. El exministro también utilizó a un empresario de Navarra para contratar a la empresa Servinabar y a su esposa, su hermana y su cuñado a sueldo público.
El propio Ábalos ha contado que fue en aquella cita cuando Sánchez le dijo “tu error ha sido confiar en Koldo, que es quien te ha llevado a la ruina”. Para entonces, el exministro había llegado a La Moncloa con noticias de asuntos turbios sobre su conducta.
Y también este miércoles el juez del Tribunal Supremo Leopoldo Puente decretó la libertad provisional de Santos Cerdán, tras cinco meses en prisión. El propio Ábalos le ha dicho que si caía él, detrás de él iba Santos.
Cerdán negaba como antes negó Ábalos y antes Koldo. Y lo hizo incluso hasta la misma mañana que se hizo público el informe de la UCO un miércoles del pasado junio. Sánchez le había interpelado en distintas ocasiones sobre las noticias que aparecían en algunos medios y siempre achacaba a una campaña de acoso y derribo contra él por ser uno de los hacedores del acuerdo con Junts que hizo posible la mayoría que invistió a Sánchez tras las elecciones de 2023. “Ni Koldo ni Ábalos, quien repartía el chocolate era el propio Santos”, afirmaban en el PSOE mientras Cerdán sentado en su escaño del Congreso leía las pesquisas de la Guardia Civil.
La situación en el PSOE parece cada vez más complicada. Más pasto para el populismo y la antipolítica.
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno desde junio de 2019, reconquistó en 2017 la secretaría general del PSOE, pero su liderazgo fue traicionado por la mitad de su última Ejecutiva. Los barones habían participado de un golpe sincronizado desde Andalucía para tumbar su liderazgo y, tras la convocatoria de unas primarias para decidir quién tomaría las riendas del partido, tótems y primeras espadas de los territorios se volcaron con la candidatura de Susana Díaz. Los cuadros medios optaron por el segundo aspirante en liza, Patxi López. Y Sánchez echó mano del sobrante, de socialistas de cuarta y quinta fila, lo que unos llaman “los desarrapados”, otros, “los apartados” y alguno, “los eternos damnificados por el establishment”.
Fue durante aquella campaña cuando se acercaron a él personajes como José Luis Ábalos, Santos Cerdán, Koldo García, José Antonio Rodríguez Salas (el exalcalde de Jun, cuya historia aún está por escribir), Paco Salazar y otros perfiles similares. Todos ellos forman parte de una historia de éxito con un final de ruina moral. Porque algunos han sido con el tiempo protagonistas de algunos de los capítulos de miseria, insolvencia, corrupción, acoso sexual o machismo que envenenan los sueños del hoy presidente del Gobierno y de todo el PSOE.
Este miércoles la Fiscalía Anticorrupción ha pedido 24 años de prisión y multa de más de 3,9 millones de euros para el exministro de Transportes José Luis Ábalos por las supuestas irregularidades en la compra de mascarillas durante la pandemia. Y otros 19,5 años y 3,9 millones de multa para quien fuera su asesor, Koldo García. Se les acusa de cinco delitos: organización criminal, cohecho, uso de información privilegiada, tráfico de influencias y malversación.
Y también este miércoles el juez del Tribunal Supremo Leopoldo Puente decretó la libertad provisional de Santos Cerdán, tras cinco meses en prisión, al considerar mitigado el riesgo de destrucción de pruebas y “robustecidos” los indicios de delito, tras un último informe de la Guardia Civil y varios registros realizados la semana pasada en varias empresas vinculadas a la trama que operaba en el Ministerio de Transportes en tiempos de Ábalos como su titular. La UCO apunta a que Cerdán actuó como “enlace” entre las empresas constructoras y el Ministerio para conseguir comisiones del 2% por el amaño de obra pública. Según los investigadores, el 75,33% de los ingresos de la empresa Servinabar —propiedad de Joseba Antxon Alonso y con una participación de Cerdán del 45%— provenían de Acciona (6,7 millones de euros), que pagaba un porcentaje a la empresa navarra por cada obra que obtenían de forma irregular. El exdirigente socialista había utilizado para gastos particulares una tarjeta de crédito de la empresa Servinabar, la misma que pagó el alquiler para él de dos casas en Madrid una vez que este fue nombrado secretario de Coordinación Territorial del PSOE (número dos de Ábalos) y que tuvo a sueldo a su esposa, su hermana y su cuñado.
El caso Ábalos ha sido un calvario. Fue durante la campaña cuando se acercaron a él personajes como José Luis Ábalos, Santos Cerdán, Koldo García, José Antonio Rodríguez Salas (el exalcalde de Jun), Paco Salazar y otros perfiles similares. Todos ellos forman parte de una historia de éxito con un final de ruina moral. Porque algunos han sido con el tiempo protagonistas de algunos de los capítulos de miseria, insolvencia, corrupción, acoso sexual o machismo que envenenan los sueños del hoy presidente del Gobierno y de todo el PSOE.
Entre julio de ese año y febrero de 2024, Ábalos formó parte del Grupo Socialista en el Congreso hasta que la UCO de la Guardia Civil detuvo a Koldo García en el marco de una investigación abierta dos años antes por el presunto cobro de comisiones en la venta de mascarillas durante la pandemia. Fue detenido y puesto en libertad después de prestar declaración ante el juez Ismael Moreno de la Audiencia Nacional, que puso bajo sospecha contratos por importe de más de 50 millones de euros.
En una reunión previa a su nombramiento como ministro de Transportes, Ábalos supuestamente se acordó con Koldo García el cobro de comisiones del 2% sobre las obras que se le encomendaran. El exministro también utilizó a un empresario de Navarra para contratar a la empresa Servinabar y a su esposa, su hermana y su cuñado a sueldo público.
El propio Ábalos ha contado que fue en aquella cita cuando Sánchez le dijo “tu error ha sido confiar en Koldo, que es quien te ha llevado a la ruina”. Para entonces, el exministro había llegado a La Moncloa con noticias de asuntos turbios sobre su conducta.
Y también este miércoles el juez del Tribunal Supremo Leopoldo Puente decretó la libertad provisional de Santos Cerdán, tras cinco meses en prisión. El propio Ábalos le ha dicho que si caía él, detrás de él iba Santos.
Cerdán negaba como antes negó Ábalos y antes Koldo. Y lo hizo incluso hasta la misma mañana que se hizo público el informe de la UCO un miércoles del pasado junio. Sánchez le había interpelado en distintas ocasiones sobre las noticias que aparecían en algunos medios y siempre achacaba a una campaña de acoso y derribo contra él por ser uno de los hacedores del acuerdo con Junts que hizo posible la mayoría que invistió a Sánchez tras las elecciones de 2023. “Ni Koldo ni Ábalos, quien repartía el chocolate era el propio Santos”, afirmaban en el PSOE mientras Cerdán sentado en su escaño del Congreso leía las pesquisas de la Guardia Civil.
La situación en el PSOE parece cada vez más complicada. Más pasto para el populismo y la antipolítica.