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Los jóvenes, especialmente en la adolescencia y la primera juventud, están expuestos a un ruido emocional constante gracias al uso de las redes sociales. Esta sobre estimulación puede tener efectos adversos en su salud mental.
Según un estudio reciente, interrumpir esta exposición constante durante una semana puede generar cambios positivos: menos síntomas depresivos, menor activación ansiosa y una mejor relación con la propia imagen. Los participantes del estudio que desconectaron reportaron estos resultados después de solo una semana sin redes sociales.
El psicólogo José César Perales vincula estos hallazgos a la disminución de la sobre estimulación que ocurre cuando reducimos el ruido emocional constante. Javier Tapia Gutiérrez, profesor de Psicología Experimental, sugiere que esta pausa puede actuar como un reinicio capaz de interrumpir patrones de consumo problemáticos.
El estudio también destacó que el uso problemático de las redes sociales se asocia más con resultados adversos para la salud mental que la cantidad de uso. Las intervenciones pueden ser más efectivas si se centran en reducir la interacción problemática en lugar de centrarse exclusivamente en la reducción general del uso.
El mensaje no es desaparecer de las redes, sino regular su uso y cuidar la propia salud mental. Ignacio Morgado, experto en el tema, destaca que "regular el uso forma parte de cuidar la propia salud mental", especialmente en una etapa en la que la identidad y la autoestima son más sensibles a la comparación social.
Por eso, los investigadores sugieren probar pequeñas pausas como un fin de semana off, dejar el móvil fuera del dormitorio o definir momentos concretos de desconexión. Estas estrategias sencillas pueden reducir la carga emocional y mejorar el bienestar general.
Según un estudio reciente, interrumpir esta exposición constante durante una semana puede generar cambios positivos: menos síntomas depresivos, menor activación ansiosa y una mejor relación con la propia imagen. Los participantes del estudio que desconectaron reportaron estos resultados después de solo una semana sin redes sociales.
El psicólogo José César Perales vincula estos hallazgos a la disminución de la sobre estimulación que ocurre cuando reducimos el ruido emocional constante. Javier Tapia Gutiérrez, profesor de Psicología Experimental, sugiere que esta pausa puede actuar como un reinicio capaz de interrumpir patrones de consumo problemáticos.
El estudio también destacó que el uso problemático de las redes sociales se asocia más con resultados adversos para la salud mental que la cantidad de uso. Las intervenciones pueden ser más efectivas si se centran en reducir la interacción problemática en lugar de centrarse exclusivamente en la reducción general del uso.
El mensaje no es desaparecer de las redes, sino regular su uso y cuidar la propia salud mental. Ignacio Morgado, experto en el tema, destaca que "regular el uso forma parte de cuidar la propia salud mental", especialmente en una etapa en la que la identidad y la autoestima son más sensibles a la comparación social.
Por eso, los investigadores sugieren probar pequeñas pausas como un fin de semana off, dejar el móvil fuera del dormitorio o definir momentos concretos de desconexión. Estas estrategias sencillas pueden reducir la carga emocional y mejorar el bienestar general.