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"El Louvre cae en las redes de la negligencia: ¿cómo fue posible el robo más grande en su historia?"
Más de dos décadas han pasado desde que los directivos del Louvre recibieron una advertencia sobre "problemas considerables y persistentes" de seguridad, pero parece que no se tomaron en serio las recomendaciones. La noche del pasado domingo, cuatro ladrones habían aprovechado esas lagunas para llevarse ocho joyas valiosas, dejando a decenas de turistas desamparados al pie de la pirámide.
La policía francesa ha desplegado un equipo de 60 investigadores para localizar a los sospechosos y recuperar el botín. Pero ¿cómo fue posible que los ladrones pudieran llevar a cabo una operación tan compleja? Según fuentes cercanas al caso, la respuesta radica en la ausencia de cámaras de seguridad en algunas salas del museo y problemas persistentes con la protección de las obras expuestas.
La auditoría de seguridad realizada por el Tribunal de Cuentas reveló que el Louvre presenta una "protección defectuosa" de sus más de 33.000 obras expuestas, con un 75% de la ala Richelieu y un 60% de la ala Sully sin sistemas de videovigilancia. El informe destaca también cómo la aplicación operativa de la renovación de los dispositivos de seguridad es "desigual y generalmente muy limitada".
"El ciclo de obsolescencia del equipo técnico del museo se ha acelerado más significativamente que el ritmo de inversión realizado por la institución para remediarlo", concluye el informe. Pero parece que esa advertencia quedó en el papel, mientras que los ladrones aprovecharon las lagunas de seguridad para llevarse joyas valiosas.
El robo es considerado uno de los más grandes en la historia del Louvre y ha generado una gran conmoción en Francia. La presidenta del museo, Laurence des Cars, había ordenado hace dos años esa auditoría de seguridad que ahora parece haber sido olvidada.
La policía francesa considera que las próximas 24 o 48 horas son críticas para poder recuperar el botín. Pero mientras tanto, la ciudad de París se queda sin uno de sus monumentos más emblemáticos. El Louvre permanecerá cerrado al público este lunes, dejando a decenas de turistas desamparados en la puerta.
El caso del robo del Louvre es considerado un ejemplo de cómo la negligencia y la falta de inversión pueden tener consecuencias devastadoras. ¿Cómo se puede justificar que una institución cultural tan importante como el Louvre no tome las medidas necesarias para proteger sus obras expuestas? La respuesta radica en la cultura del poder y la política.
Más de dos décadas han pasado desde que los directivos del Louvre recibieron una advertencia sobre "problemas considerables y persistentes" de seguridad, pero parece que no se tomaron en serio las recomendaciones. La noche del pasado domingo, cuatro ladrones habían aprovechado esas lagunas para llevarse ocho joyas valiosas, dejando a decenas de turistas desamparados al pie de la pirámide.
La policía francesa ha desplegado un equipo de 60 investigadores para localizar a los sospechosos y recuperar el botín. Pero ¿cómo fue posible que los ladrones pudieran llevar a cabo una operación tan compleja? Según fuentes cercanas al caso, la respuesta radica en la ausencia de cámaras de seguridad en algunas salas del museo y problemas persistentes con la protección de las obras expuestas.
La auditoría de seguridad realizada por el Tribunal de Cuentas reveló que el Louvre presenta una "protección defectuosa" de sus más de 33.000 obras expuestas, con un 75% de la ala Richelieu y un 60% de la ala Sully sin sistemas de videovigilancia. El informe destaca también cómo la aplicación operativa de la renovación de los dispositivos de seguridad es "desigual y generalmente muy limitada".
"El ciclo de obsolescencia del equipo técnico del museo se ha acelerado más significativamente que el ritmo de inversión realizado por la institución para remediarlo", concluye el informe. Pero parece que esa advertencia quedó en el papel, mientras que los ladrones aprovecharon las lagunas de seguridad para llevarse joyas valiosas.
El robo es considerado uno de los más grandes en la historia del Louvre y ha generado una gran conmoción en Francia. La presidenta del museo, Laurence des Cars, había ordenado hace dos años esa auditoría de seguridad que ahora parece haber sido olvidada.
La policía francesa considera que las próximas 24 o 48 horas son críticas para poder recuperar el botín. Pero mientras tanto, la ciudad de París se queda sin uno de sus monumentos más emblemáticos. El Louvre permanecerá cerrado al público este lunes, dejando a decenas de turistas desamparados en la puerta.
El caso del robo del Louvre es considerado un ejemplo de cómo la negligencia y la falta de inversión pueden tener consecuencias devastadoras. ¿Cómo se puede justificar que una institución cultural tan importante como el Louvre no tome las medidas necesarias para proteger sus obras expuestas? La respuesta radica en la cultura del poder y la política.