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En el corazón de Castilla y León, un pueblo de apenas 2.300 habitantes está luchando por encontrar atención médica. Vitigudino, en la provincia de Salamanca, ha recurrido a las redes sociales para denunciar la precariedad de la atención sanitaria en zonas rurales.
Una vecina, Raquel García Sevillano, ha contado su experiencia con el sistema público después de que dos personas muy mayores y enfermas no pudieron salir de su casa. Un familiar solicitó una cita inicialmente, pero cuando el estado del paciente empeoró, volvió a llamar para pedir una visita domiciliaria. La respuesta del centro de salud fue insuficiente: "a lo largo de la mañana" les llamarían para valorar la visita.
Raquel considera que esta respuesta es poco sensible a la situación, ya que el paciente no puede acudir al centro de salud y su atención depende de una valoración telefónica. Cuando volvieron a contactar, se les dijo que la única alternativa era enviar a los pacientes a urgencias a un hospital situado a unos 70 kilómetros.
La vecina ha presentado una hoja de reclamaciones y pide una mayor difusión para forzar una respuesta del sistema público. La situación repite el patrón: la atención sanitaria en zonas rurales es inadecuada y las personas mayores son olvidadas.
Un estudio reciente apunta a que Castilla y León perderá más de 1.380 médicos especialistas antes de 2030 si no se adopta una planificación e incentivos concretos para garantizar la equidad territorial. La falta de profesionales ya es especialmente acusada en áreas rurales.
No es un caso aislado, hay plataformas y vecinos de comarcas cercanas que convocan concentraciones y protestas semanales exigiendo "dignidad" en la atención sanitaria rural, la recuperación de consultas periódicas en los pueblos y mejores condiciones laborales para los profesionales que prestan atención primaria.
Una vecina, Raquel García Sevillano, ha contado su experiencia con el sistema público después de que dos personas muy mayores y enfermas no pudieron salir de su casa. Un familiar solicitó una cita inicialmente, pero cuando el estado del paciente empeoró, volvió a llamar para pedir una visita domiciliaria. La respuesta del centro de salud fue insuficiente: "a lo largo de la mañana" les llamarían para valorar la visita.
Raquel considera que esta respuesta es poco sensible a la situación, ya que el paciente no puede acudir al centro de salud y su atención depende de una valoración telefónica. Cuando volvieron a contactar, se les dijo que la única alternativa era enviar a los pacientes a urgencias a un hospital situado a unos 70 kilómetros.
La vecina ha presentado una hoja de reclamaciones y pide una mayor difusión para forzar una respuesta del sistema público. La situación repite el patrón: la atención sanitaria en zonas rurales es inadecuada y las personas mayores son olvidadas.
Un estudio reciente apunta a que Castilla y León perderá más de 1.380 médicos especialistas antes de 2030 si no se adopta una planificación e incentivos concretos para garantizar la equidad territorial. La falta de profesionales ya es especialmente acusada en áreas rurales.
No es un caso aislado, hay plataformas y vecinos de comarcas cercanas que convocan concentraciones y protestas semanales exigiendo "dignidad" en la atención sanitaria rural, la recuperación de consultas periódicas en los pueblos y mejores condiciones laborales para los profesionales que prestan atención primaria.