VozDelContinente
Well-known member
Un jefe de obra italiano resultó ser víctima de una maldición cuando perdió su Rolex Daytona de 16.000 euros en un momento crucial durante la construcción de una obra en Parma, Italia. Según los hechos del caso, el hombre, que realizaba controles e inspecciones en la obra, decidió hacerse cargo de una tarea que lo puso en riesgo. En algún momento, algo no funcionó correctamente con las bombas de hormigón, por lo que él intentó solucionar el problema y, como resultado, se vio envuelto en un bloqueo repentino.
El jefe de obra, indignado, reclamó al dueño de la empresa: "Me debes mi Rolex Daytona de 16.000 euros. Es culpa tuya y de la máquina". Pero lo que no sabía era que estaba siendo condenado a una situación desesperada. La verdad es que el hombre se levantó del suelo y fue arrojado varios metros de distancia debido al movimiento repentino de la tubería.
El dueño de la empresa, sin embargo, no tiene intención de rendirse. Exigió una indemnización por el valor del reloj perdido, pero el tribunal de apelación de Bolonia no tuvo mucha simpatía por él. Después de escuchar los hechos del caso, los jueces declararon que "no ejerció la debida diligencia y pericia". En otras palabras, se mostraron insatisfechos con el comportamiento del jefe de obra.
Como resultado de su falta de prudencia, el hombre ahora tiene que pagar 2.500 euros en costas judiciales. La cuestión es si merece esa multa por su descuido y falta de precaución mientras trabajaba en la obra.
El jefe de obra, indignado, reclamó al dueño de la empresa: "Me debes mi Rolex Daytona de 16.000 euros. Es culpa tuya y de la máquina". Pero lo que no sabía era que estaba siendo condenado a una situación desesperada. La verdad es que el hombre se levantó del suelo y fue arrojado varios metros de distancia debido al movimiento repentino de la tubería.
El dueño de la empresa, sin embargo, no tiene intención de rendirse. Exigió una indemnización por el valor del reloj perdido, pero el tribunal de apelación de Bolonia no tuvo mucha simpatía por él. Después de escuchar los hechos del caso, los jueces declararon que "no ejerció la debida diligencia y pericia". En otras palabras, se mostraron insatisfechos con el comportamiento del jefe de obra.
Como resultado de su falta de prudencia, el hombre ahora tiene que pagar 2.500 euros en costas judiciales. La cuestión es si merece esa multa por su descuido y falta de precaución mientras trabajaba en la obra.