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Un hombre se prepara para un viaje inolvidable en una isla remota del planeta, donde el trabajo y la aventura se entrelazan como en un campo de fútbol. Tiago Figueiredo, un ciudadano portugués de 47 años, está a punto de abandonar su vida en el Reino Unido para unir su destino con los científicos británicos que se han instalado en la Antártida.
Este anuncio de trabajo inusual llegó a sus manos gracias a su esposa Raquel, quien le envió un mensaje de oportunidad que no pudo resistir. La organización filantrópica UKAHT ofrece una misión científica en Port Lockroy, una antigua base militar establecida durante la Segunda Guerra Mundial, donde Tiago se convertirá en el empleado más austral del planeta.
"Es una oportunidad única", ha declarado Figueiredo, quien se considera "muy emocionado y afortunado". La isla Goudier, que ocupa un área equivalente a la dimensión de un campo de fútbol, es su nuevo hogar. El equipo de seis personas del UKAHT vivirá y trabajará en esta isla remota durante cinco meses, rodeados de condiciones climáticas extremas.
Tiago Figueiredo es originario de Lisboa y siempre ha sentido una gran fascinación por la Era de los Descubrimientos Portugueses. Su interés por las hazañas de exploradores británicos como Ernest Shackleton y Robert Scott lo llevó a unir su destino con esta misión científica. "Nunca aprendí nada de esto en la escuela", ha relatado Figueiredo, quien comenzó a leer sobre el tema y a investigar para desarrollar su deseo de visitar Port Lockroy algún día.
La isla Goudier es hogar de una colonia de más de mil pingüinos papúa, cuya supervivencia es el objetivo principal de la misión científica. Cada año se envía un nuevo equipo para inventariar la colonia y centrándose en los huevos y polluelos recién nacidos, aprovechando el verano austral y el deshielo natural.
La oficina de correos más austral del planeta es otro aspecto importante de esta misión. Aunque solo son visitados por un número limitado de turistas transportados en cruceros autorizados, todavía se envían decenas de miles de cartas y postales desde Port Lockroy. Los miembros del equipo también están responsables de dar charlas sobre la historia de la isla y concienciar sobre la importancia del trabajo de conservación en la Antártida.
Antes de partir, Tiago Figueiredo recibió formación en supervivencia en caso de accidentes o condiciones meteorológicas adversas y en primeros auxilios. También aprendió a manejar la oficina de correos y a conservar los objetos históricos del museo, que incluye objetos utilizados por los ocupantes durante ocho décadas. Está listo para comenzar su aventura en la isla Goudier, donde el trabajo y la aventura se entrelazan como en un campo de fútbol.
Este anuncio de trabajo inusual llegó a sus manos gracias a su esposa Raquel, quien le envió un mensaje de oportunidad que no pudo resistir. La organización filantrópica UKAHT ofrece una misión científica en Port Lockroy, una antigua base militar establecida durante la Segunda Guerra Mundial, donde Tiago se convertirá en el empleado más austral del planeta.
"Es una oportunidad única", ha declarado Figueiredo, quien se considera "muy emocionado y afortunado". La isla Goudier, que ocupa un área equivalente a la dimensión de un campo de fútbol, es su nuevo hogar. El equipo de seis personas del UKAHT vivirá y trabajará en esta isla remota durante cinco meses, rodeados de condiciones climáticas extremas.
Tiago Figueiredo es originario de Lisboa y siempre ha sentido una gran fascinación por la Era de los Descubrimientos Portugueses. Su interés por las hazañas de exploradores británicos como Ernest Shackleton y Robert Scott lo llevó a unir su destino con esta misión científica. "Nunca aprendí nada de esto en la escuela", ha relatado Figueiredo, quien comenzó a leer sobre el tema y a investigar para desarrollar su deseo de visitar Port Lockroy algún día.
La isla Goudier es hogar de una colonia de más de mil pingüinos papúa, cuya supervivencia es el objetivo principal de la misión científica. Cada año se envía un nuevo equipo para inventariar la colonia y centrándose en los huevos y polluelos recién nacidos, aprovechando el verano austral y el deshielo natural.
La oficina de correos más austral del planeta es otro aspecto importante de esta misión. Aunque solo son visitados por un número limitado de turistas transportados en cruceros autorizados, todavía se envían decenas de miles de cartas y postales desde Port Lockroy. Los miembros del equipo también están responsables de dar charlas sobre la historia de la isla y concienciar sobre la importancia del trabajo de conservación en la Antártida.
Antes de partir, Tiago Figueiredo recibió formación en supervivencia en caso de accidentes o condiciones meteorológicas adversas y en primeros auxilios. También aprendió a manejar la oficina de correos y a conservar los objetos históricos del museo, que incluye objetos utilizados por los ocupantes durante ocho décadas. Está listo para comenzar su aventura en la isla Goudier, donde el trabajo y la aventura se entrelazan como en un campo de fútbol.