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La industria audiovisual catalana, especialmente la Academia del Cine Catalán, se enfrenta a una serie de violencias y exclusiones contra minorías no normativas. Según un estudio pionero realizado por la Universidad de Barcelona junto con el colectivo Dones Visuals, estas violencias van desde la física hasta la burocrática y económica.
El estudio, que se basa en entrevistas a 52 profesionales del sector, revela una realidad desoladora. Muchas de las entrevistadas se han visto expulsadas del sector por imposibilidad de acceso a sus capacidades debido a su discapacidad. En el caso de personas con discapacidades como la sordera, la falta de medidas que faciliten su accesibilidad e inclusión es un obstáculo insuperable.
Además, las entrevistas revelan violencias invisibles como la segregación y el encasillamiento. Las creadoras se ven menospreciadas en su capacidad y sus proyectos son rechazados sin razón aparente. También hay casos de LGTBI fobia, como cuando un compañero se niega a llamar a una profesional transgénero por su nombre actual o cuando una mujer es rechazada al optar a un puesto y se le arguye que la causa es que "es demasiado lesbiana".
El estudio concluye que estas violencias no son solo físicas, sino también burocráticas y económicas. La falta de medidas para contrarrestar estas violencias es un problema estructural en la industria audiovisual catalana.
La responsabilidad de revertir esta situación no puede recaer únicamente en las profesionales que sufren estas violencias, ya que esto convertiría en una doble violencia: la que se sufre y el hecho de que tú estás sola para poder defenderte. La necesidad es de medidas reparadoras o de prevención que sean prácticamente inexistentes en la industria.
El estudio interseccional aborda no solo las problemáticas de ser mujer, sino también distintos planos identitarios como la disidencia LGTBI, la raza y posibles discapacidades. Su objetivo es revertir las desigualdades históricas que impiden que el sector sea realmente plural, justo y representativo.
Es fundamental que la industria audiovisual catalana adopte medidas concretas para combatir estas violencias y garantizar una inclusión y equidad en el trabajo. El estudio es un llamado a la acción para que las administraciones y las instituciones puedan trabajar juntas para crear un cambio positivo en este sector crucial para la cultura catalana.
El estudio, que se basa en entrevistas a 52 profesionales del sector, revela una realidad desoladora. Muchas de las entrevistadas se han visto expulsadas del sector por imposibilidad de acceso a sus capacidades debido a su discapacidad. En el caso de personas con discapacidades como la sordera, la falta de medidas que faciliten su accesibilidad e inclusión es un obstáculo insuperable.
Además, las entrevistas revelan violencias invisibles como la segregación y el encasillamiento. Las creadoras se ven menospreciadas en su capacidad y sus proyectos son rechazados sin razón aparente. También hay casos de LGTBI fobia, como cuando un compañero se niega a llamar a una profesional transgénero por su nombre actual o cuando una mujer es rechazada al optar a un puesto y se le arguye que la causa es que "es demasiado lesbiana".
El estudio concluye que estas violencias no son solo físicas, sino también burocráticas y económicas. La falta de medidas para contrarrestar estas violencias es un problema estructural en la industria audiovisual catalana.
La responsabilidad de revertir esta situación no puede recaer únicamente en las profesionales que sufren estas violencias, ya que esto convertiría en una doble violencia: la que se sufre y el hecho de que tú estás sola para poder defenderte. La necesidad es de medidas reparadoras o de prevención que sean prácticamente inexistentes en la industria.
El estudio interseccional aborda no solo las problemáticas de ser mujer, sino también distintos planos identitarios como la disidencia LGTBI, la raza y posibles discapacidades. Su objetivo es revertir las desigualdades históricas que impiden que el sector sea realmente plural, justo y representativo.
Es fundamental que la industria audiovisual catalana adopte medidas concretas para combatir estas violencias y garantizar una inclusión y equidad en el trabajo. El estudio es un llamado a la acción para que las administraciones y las instituciones puedan trabajar juntas para crear un cambio positivo en este sector crucial para la cultura catalana.