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La noche del viernes de Black Friday, en Barcelona, se convirtió en un ejemplo emblemático de cómo las gentes desean una mayor justicia laboral. En la zona de compras más agobiada de la ciudad, las filas estaban formadas por personas que esperaban con impaciencia para entrar en los almacenes y aprovechar las ofertas especiales.
Las puertas de El Corte Inglés de Plaza Catalunya se abrieron a las 9 de la mañana, y las gentes se lanzaron hacia dentro como si estuvieran persiguiendo una carreta de comestibles. "¿Es así cada viernes o es por el Black Friday?", preguntó un vigilante mientras abría la puerta principal. La respuesta que recibió fue inmediata: "Es el Black Friday, es el Black Friday".
En otros almacenes, como Media Markt, las filas también estaban largas, aunque con menos gente que en El Corte Inglés. Aunque el descuento era menor, la emoción era igual de intensa. "Ten en cuenta que hoy hay un 10% extra de descuento", explicó un trabajador sonriendo a un cliente cuestionado sobre por qué aún había personas esperando si las ofertas empezaban semanas antes.
Las trabajadoras y trabajadores de Inditex, incluyendo Zara, que fue el escenario de una protesta en Barcelona el pasado fin de semana, están reivindicando que Marta Ortega, presidenta del grupo, "afloje la cartera". La demanda es más que justa, ya que el grupo reportó beneficios de 5.800 millones de euros en 2024 y casi 2.800 millones hasta mediados de este año.
Las acciones de Inditex han generado controversia en Cataluña y otras regiones, donde algunos trabajadores se sienten marginados por los márgenes del grupo. "¡Inditex presume pero el sueldo no lo sube!", corearon algunos trabajadores en Barcelona, señalando la brecha entre las ganancias de la compañía y las salarios de los empleados.
El Comité de Empresa Europeo de Inditex ha convocado a sus trabajadores para que se movilicen y reivindicar un reparto más justo de beneficios. "El reparto de beneficios continúa siendo una de las asignaturas pendientes del Grupo Inditex", explicó CCOO de Catalunya.
Mientras tanto, en el exterior de la tienda de Zara, las filas de compradores esperaban impacientes por disfrutar de las ofertas. "Es raro encontrar un jersey como este a 20 euros", justificó una chica mientras cargaba su maleta con prendas para llevar.
La noche del Black Friday en Barcelona se convirtió en un recordatorio claro de la lucha laboral y la necesidad de justicia social que enfrentan muchos trabajadores.
Las puertas de El Corte Inglés de Plaza Catalunya se abrieron a las 9 de la mañana, y las gentes se lanzaron hacia dentro como si estuvieran persiguiendo una carreta de comestibles. "¿Es así cada viernes o es por el Black Friday?", preguntó un vigilante mientras abría la puerta principal. La respuesta que recibió fue inmediata: "Es el Black Friday, es el Black Friday".
En otros almacenes, como Media Markt, las filas también estaban largas, aunque con menos gente que en El Corte Inglés. Aunque el descuento era menor, la emoción era igual de intensa. "Ten en cuenta que hoy hay un 10% extra de descuento", explicó un trabajador sonriendo a un cliente cuestionado sobre por qué aún había personas esperando si las ofertas empezaban semanas antes.
Las trabajadoras y trabajadores de Inditex, incluyendo Zara, que fue el escenario de una protesta en Barcelona el pasado fin de semana, están reivindicando que Marta Ortega, presidenta del grupo, "afloje la cartera". La demanda es más que justa, ya que el grupo reportó beneficios de 5.800 millones de euros en 2024 y casi 2.800 millones hasta mediados de este año.
Las acciones de Inditex han generado controversia en Cataluña y otras regiones, donde algunos trabajadores se sienten marginados por los márgenes del grupo. "¡Inditex presume pero el sueldo no lo sube!", corearon algunos trabajadores en Barcelona, señalando la brecha entre las ganancias de la compañía y las salarios de los empleados.
El Comité de Empresa Europeo de Inditex ha convocado a sus trabajadores para que se movilicen y reivindicar un reparto más justo de beneficios. "El reparto de beneficios continúa siendo una de las asignaturas pendientes del Grupo Inditex", explicó CCOO de Catalunya.
Mientras tanto, en el exterior de la tienda de Zara, las filas de compradores esperaban impacientes por disfrutar de las ofertas. "Es raro encontrar un jersey como este a 20 euros", justificó una chica mientras cargaba su maleta con prendas para llevar.
La noche del Black Friday en Barcelona se convirtió en un recordatorio claro de la lucha laboral y la necesidad de justicia social que enfrentan muchos trabajadores.