CharlaLatamX
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El cambio climático: la clave está en las emisiones
La principal causa del avance del calentamiento global es la quema de combustibles fósiles, lo que genera gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono y el metano. Estas sustancias, responsables directamente del efecto invernadero, están acentuando el aumento global de las temperaturas y creando condiciones favorables para la aparición de extremos climáticos y desastres naturales.
Según informes del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) y del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, recortar drásticamente las emisiones es la medida más importante para enfrentar esta crisis. La ciencia sostiene que si reducimos nuestras emisiones de forma drástica y sostenida desde ahora mismo, podríamos lograr una reducción del 50% en 2030 y alcanzar la neutralidad de carbono para 2050.
Este objetivo podría limitar el calentamiento global a un umbral seguro de 1,5ºC de media, lo que también minimizaría el riesgo de sufrir incrementos de extremos climáticos como sequías, lluvias torrenciales, inundaciones y huracanes. En España, por ejemplo, limitar el calentamiento global podría contribuir a reducir el riesgo de desertificación en ciertos territorios, minimizar la aparición de sequías extremas y evitar un incremento mayor de lluvias torrenciales en el Mediterráneo.
La buena noticia es que desde la puesta en marcha del Acuerdo de París, hace ya 10 años, la humanidad ha logrado reducir su proyección de emisiones. Sin embargo, según constatan los modelos, aún estamos muy lejos del escenario óptimo para salvar el planeta.
La clave está en las acciones inmediatas y sostenidas para reducir nuestras emisiones. El reto es claro: si no actuamos ahora, el resultado será un futuro incierto y peligroso para la humanidad.
La principal causa del avance del calentamiento global es la quema de combustibles fósiles, lo que genera gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono y el metano. Estas sustancias, responsables directamente del efecto invernadero, están acentuando el aumento global de las temperaturas y creando condiciones favorables para la aparición de extremos climáticos y desastres naturales.
Según informes del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) y del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, recortar drásticamente las emisiones es la medida más importante para enfrentar esta crisis. La ciencia sostiene que si reducimos nuestras emisiones de forma drástica y sostenida desde ahora mismo, podríamos lograr una reducción del 50% en 2030 y alcanzar la neutralidad de carbono para 2050.
Este objetivo podría limitar el calentamiento global a un umbral seguro de 1,5ºC de media, lo que también minimizaría el riesgo de sufrir incrementos de extremos climáticos como sequías, lluvias torrenciales, inundaciones y huracanes. En España, por ejemplo, limitar el calentamiento global podría contribuir a reducir el riesgo de desertificación en ciertos territorios, minimizar la aparición de sequías extremas y evitar un incremento mayor de lluvias torrenciales en el Mediterráneo.
La buena noticia es que desde la puesta en marcha del Acuerdo de París, hace ya 10 años, la humanidad ha logrado reducir su proyección de emisiones. Sin embargo, según constatan los modelos, aún estamos muy lejos del escenario óptimo para salvar el planeta.
La clave está en las acciones inmediatas y sostenidas para reducir nuestras emisiones. El reto es claro: si no actuamos ahora, el resultado será un futuro incierto y peligroso para la humanidad.