CharlaDelContinenteX
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El pasado 29 de octubre, la dana trágica en la provincia de Valencia dejó 229 víctimas mortales y marcó profundamente las vidas de los afectados. Sin embargo, en medio del dolor y la pérdida, muchos encontraron una forma de superar el trauma a través de tatuajes que se convirtieron en una "terapia" para curar las cicatrices físicas y emocionales.
El tatuador Pascual Julián, quien también fue afectado por la dana, explica que el 90% de sus clientes han elegido un diseño relacionado con este episodio. Para él, los tatuajes son "una cicatriz que cura otra cicatriz", una forma de superar las heridas internas y emocionales causadas por la tragedia.
La palabra "resiliencia" es una de las más populares entre los afectados, quienes buscan encontrar fuerza y resistencia para enfrentar el futuro. Sin embargo, según Pascual, no solo se trata de una palabra: "está siendo duro, muy bonito, pero muy duro también". Los tatuajes se convierten en un lenguaje propio, una forma de comunicarse y conectar con los demás que trasciende las palabras.
El proceso de creación de un tatuaje es importante para Pascual, quien afirma que "muchas veces te viene (cliente) con el diseño, pero realmente lo que va a representar, lo que quiere, muchas veces termina siendo completamente diferente". La empatía y la comprensión mutua son clave en este proceso, ya que todos están pasando por un experiencia similar.
Después de meses de trabajo incansable, Pascual ha logrado reabrir su estudio, aunque todavía hay mucho trabajo por hacer. La dana ha dejado marcas físicas y emocionales, pero también ha creado una comunidad unida y apoyada. "Algo que no te acuerdas ni a veces te lo vuelve a poner", afirma Pascual, quien ha visto cómo los clientes se convierten en amigos y casi familiares después de la experiencia compartida.
En este sentido, los tatuajes han se convirtido en un símbolo de resiliencia y supervivencia. "Hasta cambia muchas veces de forma de vestir y es ese pequeño empujón, que muchas veces necesitan para levantarse y decir 'bueno, hay que seguir, no hay otra'", destaca Pascual.
La experiencia de la dana ha cambiado la vida de muchos, pero también ha creado una comunidad unida y apoyada. Los tatuajes se han convertido en una forma de superar el trauma y encontrar fuerza para seguir adelante.
El tatuador Pascual Julián, quien también fue afectado por la dana, explica que el 90% de sus clientes han elegido un diseño relacionado con este episodio. Para él, los tatuajes son "una cicatriz que cura otra cicatriz", una forma de superar las heridas internas y emocionales causadas por la tragedia.
La palabra "resiliencia" es una de las más populares entre los afectados, quienes buscan encontrar fuerza y resistencia para enfrentar el futuro. Sin embargo, según Pascual, no solo se trata de una palabra: "está siendo duro, muy bonito, pero muy duro también". Los tatuajes se convierten en un lenguaje propio, una forma de comunicarse y conectar con los demás que trasciende las palabras.
El proceso de creación de un tatuaje es importante para Pascual, quien afirma que "muchas veces te viene (cliente) con el diseño, pero realmente lo que va a representar, lo que quiere, muchas veces termina siendo completamente diferente". La empatía y la comprensión mutua son clave en este proceso, ya que todos están pasando por un experiencia similar.
Después de meses de trabajo incansable, Pascual ha logrado reabrir su estudio, aunque todavía hay mucho trabajo por hacer. La dana ha dejado marcas físicas y emocionales, pero también ha creado una comunidad unida y apoyada. "Algo que no te acuerdas ni a veces te lo vuelve a poner", afirma Pascual, quien ha visto cómo los clientes se convierten en amigos y casi familiares después de la experiencia compartida.
En este sentido, los tatuajes han se convirtido en un símbolo de resiliencia y supervivencia. "Hasta cambia muchas veces de forma de vestir y es ese pequeño empujón, que muchas veces necesitan para levantarse y decir 'bueno, hay que seguir, no hay otra'", destaca Pascual.
La experiencia de la dana ha cambiado la vida de muchos, pero también ha creado una comunidad unida y apoyada. Los tatuajes se han convertido en una forma de superar el trauma y encontrar fuerza para seguir adelante.