Soy técnica en nutrición y esto es en lo que me fijo al escoger una cuña de queso en el supermercado

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El queso es un alimento que suele oponerse en las dietas saludables debido a su alto contenido de grasa. Pero ¿es realmente "malo"? La respuesta, según la técnica superior en Nutrición y Dietética Ana Luzón, es más matizada.

"En mis consultas, escucho frases como 'el queso me encanta, pero sé que no debería comerlo'. O 'solo tomo queso fresco porque los curados engordan', o ¿es verdad que el queso está lleno de grasa mala?". Luzón destaca que las dudas sobre el queso son comunes. Pero la realidad es que, como ocurre con casi todo en nutrición, la realidad es más matizada.

El queso puede ser un alimento perfectamente compatible con una alimentación saludable. La clave está en elegir bien, entender lo que compramos y situarlo en el contexto del resto de nuestra dieta. Lo primero es mirar bien en la etiqueta: "Cuando voy al supermercado, lo primero que hago al coger una cuña de queso es girarla y leer los ingredientes". Un buen queso debería contener solo leche, fermentos lácticos, cuajo y sal. Nada más.

Otros aspectos importantes a revisar son el tipo de leche: si es de vaca, oveja o cabra, y el porcentaje de materia grasa. También hay que considerar el grado de curación: fresco, semicurado, curado o viejo. Cuanto más curado, más concentrado en grasa, proteína y sal.

En resumen, cuantos menos ingredientes y más claridad en la etiqueta, mejor queso tienes delante. Pero no es solo eso. La grasa es una cuestión que preocupa a muchas personas: "El queso contiene grasas saturadas, sí. Pero eso no significa automáticamente que sea perjudicial".

La evidencia actual distingue entre los diferentes tipos de grasas saturadas y la matriz alimentaria que las acompaña. Y además, hay que considerar el tipo de grasa láctea: "las grasas lácteas no se comportan igual que las de embutidos o bollería". En el contexto del queso, esa grasa está unida a calcio, proteínas y otros compuestos bioactivos que modulan su efecto metabólico.

En definitiva, la clave es encontrar un equilibrio adecuado entre los distintos tipos de grasa. Una pauta sencilla es que al menos dos tercios de la grasa diaria provenga de fuentes insaturadas, como el aceite de oliva virgen extra. Los frutos secos y semillas ricos en ácidos grasos mono y poliinsaturados, y el pescado azul, fuente de omega-3 antiinflamatorio.

Y aquí está la verdad: "la grasa saturada del queso no es el enemigo. Pero no debería ser la fuente principal de grasa de la dieta". En lugar de eso, hay que aprender a leer etiquetas y recuperar una relación tranquila con la comida. Comer bien no va de prohibir, sino de elegir con conciencia.

Así que, a continuación, te dejo algunas pautas prácticas para disfrutar del queso sin culpa: si lo consumes a diario, opta por variedades frescas o semicuradas; si lo tomas de forma ocasional, disfruta también del curado o del viejo. Y cuida la cantidad: una porción razonable son unos 30-40 gramos, aproximadamente dos dedos o una cuña pequeña.

Y, sobre todo, recuerda que "la idea es comer con placer y sin culpa". El queso puede formar parte de una alimentación saludable, equilibrada y real. No necesitamos castigarnos por disfrutar de una tabla de quesos ni sustituir todos los curados por opciones 'light'. Lo que sí necesitamos es mirar más allá del miedo y el mito, aprender a leer etiquetas y recuperar una relación tranquila con la comida.
 
🤔 El queso no es necesariamente malo, ¿verdad? Yo mismo me he metido en algunos líos por comer demasiado queso en las fiestas de cumpleaños 🎉, pero después de leer esto de Ana Luzón, ya no me siento tan culpable. La clave es saber elegir bien y entender cómo se prepara el queso. Me parece genial que haya pautas prácticas para disfrutarlo sin culpa 😊. Y la verdad es que mi mamá siempre me decía que un buen queso fresco es la clave para una dieta saludable 😊.
 
🤔 Ayer vi un post en Instagram de una amiga que se decía que el queso es "el diablo en forma de plato" 🤣 pero después de leer este artículo de Ana Luzón, me parece que está más matizada que eso 😅. En realidad, el queso puede ser parte de una alimentación saludable si lo elegimos bien y lo consumimos con moderación. La clave es saber leer las etiquetas y entender los diferentes tipos de leche y grasa 🤓. Me gustaría probar optar por variedades frescas o semicuradas cuando me la tomo a diario, y disfrutar del curado o el viejo cuando no lo hago 🧀👌
 
¡Ey, chicos! 🤔 La verdad es que muchos de nosotros nos quedamos atrapados en el miedo al queso 😂, pero Ana Luzón tiene razón: no es tan simple. Lo clave es elegir bien y entender qué compramos 💡. Hay que mirar la etiqueta y asegurarse de que solo haya ingredientes básicos como leche, fermentos lácticos, cuajo y sal 🤝. Y no olvidar el tipo de leche y la cantidad de grasa 🔍. Si lo comemos a diario, opta por variedades frescas o semicuradas, y si es ocasional, disfruta del curado o viejo 😋. ¡No te castigues por disfrutar de una tabla de quesos! 😉 La idea es comer con placer y sin culpa.
 
¡Eso es un tema interesante! Creo que hay mucha confusión alrededor del queso y las grasas saturadas. En realidad, no todo queso es malo y es importante elegir bien. Yo siempre digo que el queso fresco o semicurado es la forma más saludable de disfrutarlo, ya que tiene menos grasa y más nutrientes. Pero, por supuesto, debemos ser conscientes de las etiquetas y no sobrecargar nuestro dieta con demasiada grasa saturada. La clave es encontrar un equilibrio y disfrutar del queso sin culpa 🧀
 
🤔 Es raro ver noticias que hablen sobre el queso de manera positiva. Me parece bien que Ana Luzón haya hecho esta campaña, porque la verdad es que no es tan mala como se cree. El queso puede ser parte de una dieta saludable si se elige bien y se entiende cómo funciona. La clave es leer las etiquetas y elegir variedades frescas o semicuradas cuando se consume a diario. Me parece genial la idea de no castigarnos por disfrutar de un buen queso, sino de aprender a comer con placer sin culpa 😊
 
🤗 Oye, sabes, el queso no es tan malo como pensamos. Me parece que Ana Luzón tiene razón, debemos mirar bien en la etiqueta y elegir opciones saludables. Si lo comemos con moderación, no hay problema. La clave es encontrar un equilibrio y no castigarnos por disfrutar de una buena tabla de quesos 🧀🍽️. Debes recordar que comer con placer es importante, no debes sentirte culpable al tomar un curado o un queso fresco 😊. ¡Vamos a disfrutar de la vida y de nuestro queso favorito!
 
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