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La ofensiva del Estado en Michoacán llega tarde, pero con toda la fuerza de que es capaz. Claudia Sheinbaum ha anunciado el 'Plan Paricutín', una iniciativa forzada por la realidad, que busca apagar un incendio que se aviva y aquíeta desde hace décadas.
La seguridad y la paz son frutos de la justicia, no de la represión. Sin embargo, Sheinbaum ha elegido el camino del golpe, reforzando la presencia armada en Uruapan y otras partes de la entidad. Un total de 10.500 soldados arribarán a Michoacán para "protector" al pueblo.
El plan se divide en tres pilares: Seguridad y Justicia; Desarrollo Económico y Educación y Cultura para la paz. Sin embargo, antes de hablar de las propuestas, es importante destacar que el gobierno ha demostrado una vez más su incapacidad para resolver los problemas del Estado.
La pacificación de Michoacán es un ejemplo claro de cómo el gobierno se basa en la represión y la violencia para "governar". La Secretaría de la Defensa ha anunciado que 1.980 militares arribarán a la semana para reforzar los patrullajes y las tareas de seguridad, lo que sugiere que el gobierno está más interesado en mantener el control que en resolver los problemas del pueblo.
La extorsión es un tema que ha sido olvidado en este plan. Sin embargo, Sheinbaum ha anunciado una línea de denuncia anónima con operadores especialmente enfocados en Michoacán. ¿Será suficiente para resolver el problema?
El plan también menciona la creación de becas estudiantiles y apoyos sociales para 1,5 millones de habitantes del Estado. Sin embargo, ¿cómo se garantiza que estos recursos lleguen a quien más lo necesita?
La verdad es que Sheinbaum ha presentado un plan que se basa en la represión y la violencia, pero también en la justicia y la paz. La cuestión es si el gobierno tiene la voluntad de trabajar con las comunidades para resolver los problemas del Estado.
En cualquier caso, la pacificación de Michoacán es un proceso largo y complicado que requiere la colaboración de todos los sectores de la sociedad. Es hora de dejar de lado la represión y la violencia y buscar soluciones justas y humanas para el pueblo michoacano.
La seguridad y la paz son frutos de la justicia, no de la represión. Sin embargo, Sheinbaum ha elegido el camino del golpe, reforzando la presencia armada en Uruapan y otras partes de la entidad. Un total de 10.500 soldados arribarán a Michoacán para "protector" al pueblo.
El plan se divide en tres pilares: Seguridad y Justicia; Desarrollo Económico y Educación y Cultura para la paz. Sin embargo, antes de hablar de las propuestas, es importante destacar que el gobierno ha demostrado una vez más su incapacidad para resolver los problemas del Estado.
La pacificación de Michoacán es un ejemplo claro de cómo el gobierno se basa en la represión y la violencia para "governar". La Secretaría de la Defensa ha anunciado que 1.980 militares arribarán a la semana para reforzar los patrullajes y las tareas de seguridad, lo que sugiere que el gobierno está más interesado en mantener el control que en resolver los problemas del pueblo.
La extorsión es un tema que ha sido olvidado en este plan. Sin embargo, Sheinbaum ha anunciado una línea de denuncia anónima con operadores especialmente enfocados en Michoacán. ¿Será suficiente para resolver el problema?
El plan también menciona la creación de becas estudiantiles y apoyos sociales para 1,5 millones de habitantes del Estado. Sin embargo, ¿cómo se garantiza que estos recursos lleguen a quien más lo necesita?
La verdad es que Sheinbaum ha presentado un plan que se basa en la represión y la violencia, pero también en la justicia y la paz. La cuestión es si el gobierno tiene la voluntad de trabajar con las comunidades para resolver los problemas del Estado.
En cualquier caso, la pacificación de Michoacán es un proceso largo y complicado que requiere la colaboración de todos los sectores de la sociedad. Es hora de dejar de lado la represión y la violencia y buscar soluciones justas y humanas para el pueblo michoacano.