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El puente romano sobre el Rin es uno de los ejemplos más impresionantes del ingenio militar y la ingeniería de César. El ejército romano construyó este puente en un plazo de 10 días, utilizando balsas y martinetes gigantes para cortar los pilotes y apuntalar la estructura con remaches de hierro. El puente resultante era capaz de soportar el paso de legiones, caballería y carros que cruzaban un río enorme.
Pero lo que es aún más sorprendente es que al día siguiente a su construcción, César ordenó la destrucción del puente. Era una nueva exhibición de poder, demostrando la capacidad del ejército romano para imponer su voluntad y hacer cumplir sus órdenes. El enemigo sabía que solo ellos eran capaces de reconstruir el puente, lo que era un golpe significativo en la guerra psicológica que mantenían con las tribus germánicas.
Según Santiago Posteguillo, la frontera del Rin fue un punto crítico en la historia de Europa, donde se cruzaban las culturas romana y germánica. La destrucción del puente por parte de César marcó un punto de inflexión en la dinámica política y militar de la región.
El autor también destaca cómo el legado de César ha sido objeto de fascinación a lo largo de los siglos, desde los billonarios tecnológicos como Elon Musk hasta las culturas populares. Sin embargo, Posteguillo sostiene que es hora de desmontar algunos clichés sobre César, como la imagen de él como dictador. En realidad, César era un líder que derrotaba a sus enemigos y los reinsertaba en la política, demostrando su clemencia y generosidad.
En su novela "Los tres mundos", Posteguillo explora el complejo personaje de César, combiniendo las historias personales de sus seguidores con la transformación que vivió una ciudad de provincia. El autor busca conectar con los lectores, pero también se enfrenta a la presión de cumplir las expectativas respecto al anterior lanzamiento.
Finalmente, Posteguillo reflexiona sobre cómo César habría afrontado el desastre de la dana en Paiporta, donde había puentes sin acabar un año después. El autor sugiere que César hubiera sido capaz de construir nuevos puentes con mucha mayor eficacia que los que se habían realizado.
En cuanto a la voluntad política para abordar problemas como el calentamiento global, Posteguillo sostiene que todavía faltan políticos con la determinación de César. El autor critica a los políticos actuales por su falta de visión y acción en temas importantes, y llama a la necesidad de cambiar esta mentalidad para abordar los desafíos globales.
Pero lo que es aún más sorprendente es que al día siguiente a su construcción, César ordenó la destrucción del puente. Era una nueva exhibición de poder, demostrando la capacidad del ejército romano para imponer su voluntad y hacer cumplir sus órdenes. El enemigo sabía que solo ellos eran capaces de reconstruir el puente, lo que era un golpe significativo en la guerra psicológica que mantenían con las tribus germánicas.
Según Santiago Posteguillo, la frontera del Rin fue un punto crítico en la historia de Europa, donde se cruzaban las culturas romana y germánica. La destrucción del puente por parte de César marcó un punto de inflexión en la dinámica política y militar de la región.
El autor también destaca cómo el legado de César ha sido objeto de fascinación a lo largo de los siglos, desde los billonarios tecnológicos como Elon Musk hasta las culturas populares. Sin embargo, Posteguillo sostiene que es hora de desmontar algunos clichés sobre César, como la imagen de él como dictador. En realidad, César era un líder que derrotaba a sus enemigos y los reinsertaba en la política, demostrando su clemencia y generosidad.
En su novela "Los tres mundos", Posteguillo explora el complejo personaje de César, combiniendo las historias personales de sus seguidores con la transformación que vivió una ciudad de provincia. El autor busca conectar con los lectores, pero también se enfrenta a la presión de cumplir las expectativas respecto al anterior lanzamiento.
Finalmente, Posteguillo reflexiona sobre cómo César habría afrontado el desastre de la dana en Paiporta, donde había puentes sin acabar un año después. El autor sugiere que César hubiera sido capaz de construir nuevos puentes con mucha mayor eficacia que los que se habían realizado.
En cuanto a la voluntad política para abordar problemas como el calentamiento global, Posteguillo sostiene que todavía faltan políticos con la determinación de César. El autor critica a los políticos actuales por su falta de visión y acción en temas importantes, y llama a la necesidad de cambiar esta mentalidad para abordar los desafíos globales.