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Siempre hay que volver a Kurt Weill, el compositor judío alemán que llevó el cabaret a otro estadio, ese genio que entabló un memorable vínculo con Bertolt Brecht, y cuyo repertorio, proyectado vía Broadway, llegó a un espectro de voces amplio y de largo alcance: Frank Sinatra, The Doors, David Bowie, The Young Gods, Ute Lemper, Marianne Faithfull... Y Rufus Wainwright, que siendo un veinteañero quedó prendado de los álbumes que le dedicó la soprano canadiense Teresa Stratas.
Él no es ni un cantante de ópera ni un ‘crooner’ de jazz, sino, simplemente, Rufus Wainwright, con su distintivo fraseo, sus notas largas, su teatralidad sentida sin llegar a sobreactuada. Aquí se luce, confirmando que su dimensión de puro vocalista no ha hecho más que refinarse, combinando rigor, poder emocional, el dinamismo propio de un musical y esa ironía flotante que estalla de vez en cuando: en el acento final de ‘Je ne t’aime pas’, que causa carcajadas entre el público.
Este álbum grabado en directo, el sexto de su catálogo, reafirma el vínculo de Wainwright con el escenario más allá de su faceta más reconocida, la de compositor. Fue en 2023 cuando ofreció, por primera vez, un concierto dedicado a Kurt Weill, en el Café Carlyle, de Nueva York, y un año después lo grabó en The Theatre, sala del Hotel Ace, de Los Ángeles, con un envoltorio ampliado, el de la Pacific Jazz Orchestra, dirigida por Chris Walden. La actuación aquí recogida, que recorre los distintos perfiles y etapas de la obra de Weill.
Sumo deleite, el que suministra viajar de la majestuosa ‘September song’, apertura del álbum, a una ‘Mack the Knife’ en la que se enlazan sus dos almas, la berlinesa (con la letra en alemán del original ‘Mackie Messer’, con su ‘tempo’ cabaretero) y la de Broadway, en inglés y a galopante ritmo de swing. El tango-habanera ‘Youkali’, que Lotte Lenya, esposa de Weill, entregó a Stratas para que lo mostrara al mundo tras la muerte del compositor; la matadora melancolía de ‘Surabaya Johnny’ y una sobrecogedora ‘Lost in the stars’.
Canciones que no pueden sucumbir al tránsito de los tiempos, como otras menos conocidas, caso de esa ‘Zühalterballade’, de ‘La ópera de tres peniques’, en la que el rol femenino, la prostituta i ‘pirata’ Jenny, lo encarna Viola Odette Harlow. Con todo ello, este tributo de Wainwright se gana un alto puesto en la galería de álbumes dedicados a este compositor, encabezada, no hay duda, por aquella producción de Hal Willner titulada ‘Lost in the stars. The music of Kurt Weill’ (1985), que impactó de lleno en toda una generación.
Un álbum más que un tributo, una homenaje a la obra de Weill que confirma la calidad y el carisma vocal de Rufus Wainwright, quien, con esta nueva interpretación, demostra su profundo conocimiento del repertorio de este gran compositor.
Él no es ni un cantante de ópera ni un ‘crooner’ de jazz, sino, simplemente, Rufus Wainwright, con su distintivo fraseo, sus notas largas, su teatralidad sentida sin llegar a sobreactuada. Aquí se luce, confirmando que su dimensión de puro vocalista no ha hecho más que refinarse, combinando rigor, poder emocional, el dinamismo propio de un musical y esa ironía flotante que estalla de vez en cuando: en el acento final de ‘Je ne t’aime pas’, que causa carcajadas entre el público.
Este álbum grabado en directo, el sexto de su catálogo, reafirma el vínculo de Wainwright con el escenario más allá de su faceta más reconocida, la de compositor. Fue en 2023 cuando ofreció, por primera vez, un concierto dedicado a Kurt Weill, en el Café Carlyle, de Nueva York, y un año después lo grabó en The Theatre, sala del Hotel Ace, de Los Ángeles, con un envoltorio ampliado, el de la Pacific Jazz Orchestra, dirigida por Chris Walden. La actuación aquí recogida, que recorre los distintos perfiles y etapas de la obra de Weill.
Sumo deleite, el que suministra viajar de la majestuosa ‘September song’, apertura del álbum, a una ‘Mack the Knife’ en la que se enlazan sus dos almas, la berlinesa (con la letra en alemán del original ‘Mackie Messer’, con su ‘tempo’ cabaretero) y la de Broadway, en inglés y a galopante ritmo de swing. El tango-habanera ‘Youkali’, que Lotte Lenya, esposa de Weill, entregó a Stratas para que lo mostrara al mundo tras la muerte del compositor; la matadora melancolía de ‘Surabaya Johnny’ y una sobrecogedora ‘Lost in the stars’.
Canciones que no pueden sucumbir al tránsito de los tiempos, como otras menos conocidas, caso de esa ‘Zühalterballade’, de ‘La ópera de tres peniques’, en la que el rol femenino, la prostituta i ‘pirata’ Jenny, lo encarna Viola Odette Harlow. Con todo ello, este tributo de Wainwright se gana un alto puesto en la galería de álbumes dedicados a este compositor, encabezada, no hay duda, por aquella producción de Hal Willner titulada ‘Lost in the stars. The music of Kurt Weill’ (1985), que impactó de lleno en toda una generación.
Un álbum más que un tributo, una homenaje a la obra de Weill que confirma la calidad y el carisma vocal de Rufus Wainwright, quien, con esta nueva interpretación, demostra su profundo conocimiento del repertorio de este gran compositor.