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Un grupo de encapuchados logró el golpe maestro que nunca imaginamos en el Louvre. Los ladrones, con sus motos y su audacia, entraron tranquilamente en el museo más visitado del mundo. Solo tardaron siete minutos en romper con las vitrinas de joyas de Napoleón Bonaparte y escapar con ocho piezas que se consideran un patrimonio incalculable.
El robo fue una operación profesional, con cuatro individuos que llegaron en moto y se llevaron el botín sin incidentes. La fiscalía ha confirmado que se trata de ladrones profesionales que habían hecho un trabajo de reconocimiento previamente. Los asaltantes también amenazaron a los agentes presentes con las mismas radiales que luego rompieron las vitrinas.
La galería Apolo, donde ocurrió el robo, es una de las más visitadas del Louvre y alberga joyas de un valor inestimable. La corona de la emperatriz Eugenia de Montijo fue la única pieza recuperada por los ladrones, aunque se perdió en el camino.
El Louvre permanecerá cerrado durante toda la jornada para facilitar la labor de los investigadores y la búsqueda de pistas. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha reaccionado con fuerza a este golpe, considerándolo un ataque al patrimonio que forma parte de la historia del país.
La ministra de Cultura, Rachida Dati, ha confirmado que el robo fue una decadencia y que se trata de ladrones profesionales. El tema de la seguridad en los museos es una cuestión antigua y el gobierno debe adaptarse a las nuevas formas de criminalidad. Esto es lo que está sucediendo en Francia, con un primer ministro que dimitió hace dos semanas y volvió a ser nombrado días después.
El robo en el Louvre se produce en medio del caos político que cruza el país. La crisis política es grave y habla incluso de crisis de régimen. El partido de extrema derecha Reagrupamiento Nacional ha denunciado esta decadencia y la considera un símbolo mundial de la cultura francesa.
El robo fue una operación profesional, con cuatro individuos que llegaron en moto y se llevaron el botín sin incidentes. La fiscalía ha confirmado que se trata de ladrones profesionales que habían hecho un trabajo de reconocimiento previamente. Los asaltantes también amenazaron a los agentes presentes con las mismas radiales que luego rompieron las vitrinas.
La galería Apolo, donde ocurrió el robo, es una de las más visitadas del Louvre y alberga joyas de un valor inestimable. La corona de la emperatriz Eugenia de Montijo fue la única pieza recuperada por los ladrones, aunque se perdió en el camino.
El Louvre permanecerá cerrado durante toda la jornada para facilitar la labor de los investigadores y la búsqueda de pistas. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha reaccionado con fuerza a este golpe, considerándolo un ataque al patrimonio que forma parte de la historia del país.
La ministra de Cultura, Rachida Dati, ha confirmado que el robo fue una decadencia y que se trata de ladrones profesionales. El tema de la seguridad en los museos es una cuestión antigua y el gobierno debe adaptarse a las nuevas formas de criminalidad. Esto es lo que está sucediendo en Francia, con un primer ministro que dimitió hace dos semanas y volvió a ser nombrado días después.
El robo en el Louvre se produce en medio del caos político que cruza el país. La crisis política es grave y habla incluso de crisis de régimen. El partido de extrema derecha Reagrupamiento Nacional ha denunciado esta decadencia y la considera un símbolo mundial de la cultura francesa.