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La noche del domingo se convirtió en un golpe sin precedentes cuando una banda de cuatro individuos se deslizó por el Museo del Louvre, dejando atrás una columna de joyas y metales preciosos robados. La caza de los ladrones es cada vez más difícil, ya que la policía judicial de París y la Oficina Central para la Lucha contra el Tráfico de Bienes Culturales están sumidas en un laberinto de pistas.
El robo, clasificado como uno de los más audaces de la historia del Louvre, ha generado una oleada de especulaciones sobre las identidades de los ladrones. Algunos apuntan a los "Panteras Rosas", una famosa banda originaria de la ex Yugoslavia que ha dejado una estela de robo y violencia en Europa. La Interpol les dio este apodo tras un espectacular robo en Londres en 2003, cuando un diamante fue escondido en un tarro de crema.
Las hipótesis sobre el origen del golpe están abiertas, según la fiscal de París, Laure Beccuau. "No descartamos que el robo haya sido encargado por un coleccionista", afirmó, aunque también es posible que los ladrones busquen solo los metales preciosos para blanquear dinero procedente del narcotráfico.
El museo permaneció cerrado durante toda la jornada del lunes para permitir la continuación de los peritajes forenses e interrogar a empleados, ante la sospecha de que los ladrones contaron con un complice dentro. Los investigadores están trabajando a gran velocidad para recuperar las joyas robadas y identificar a los responsables del golpe.
En Francia, se le relaciona a la banda con otros atracos a la joyería en la avenida Montaigne de París (36 millones de dólares en 2007 y 73 millones en 2008), al Hotel Carlton de Cannes en 2013 (53 millones) y a la joyería Chaumet, cerca de los Campos Elíseos, en junio de 2021 (2 millones de euros). En todos estos casos, los botines jamás fueron recuperados.
La investigación es una carrera contrarreloj, ya que las joyas robadas suelen ser desmontadas y vendidas por partes en el mercado internacional. La red, considerada una de las organizaciones criminales más sofisticadas de Europa, estaría compuesta porcientos de miembros y se le atribuyen decenas de golpes en todo el continente.
La policía está cada vez más frustrada con la facilidad con que los ladrones lograron huir con las valiosas piezas. La sospecha de una posible colaboración con la firma israelí de inteligencia CGI Group también ha generado rumores, aunque la dirección del museo negó rápidamente haber solicitado su participación.
La caza de los ladrones sigue siendo un misterio, y la policía sigue trabajando sin descanso para recuperar las joyas robadas y traer a los responsables al justo castigo.
El robo, clasificado como uno de los más audaces de la historia del Louvre, ha generado una oleada de especulaciones sobre las identidades de los ladrones. Algunos apuntan a los "Panteras Rosas", una famosa banda originaria de la ex Yugoslavia que ha dejado una estela de robo y violencia en Europa. La Interpol les dio este apodo tras un espectacular robo en Londres en 2003, cuando un diamante fue escondido en un tarro de crema.
Las hipótesis sobre el origen del golpe están abiertas, según la fiscal de París, Laure Beccuau. "No descartamos que el robo haya sido encargado por un coleccionista", afirmó, aunque también es posible que los ladrones busquen solo los metales preciosos para blanquear dinero procedente del narcotráfico.
El museo permaneció cerrado durante toda la jornada del lunes para permitir la continuación de los peritajes forenses e interrogar a empleados, ante la sospecha de que los ladrones contaron con un complice dentro. Los investigadores están trabajando a gran velocidad para recuperar las joyas robadas y identificar a los responsables del golpe.
En Francia, se le relaciona a la banda con otros atracos a la joyería en la avenida Montaigne de París (36 millones de dólares en 2007 y 73 millones en 2008), al Hotel Carlton de Cannes en 2013 (53 millones) y a la joyería Chaumet, cerca de los Campos Elíseos, en junio de 2021 (2 millones de euros). En todos estos casos, los botines jamás fueron recuperados.
La investigación es una carrera contrarreloj, ya que las joyas robadas suelen ser desmontadas y vendidas por partes en el mercado internacional. La red, considerada una de las organizaciones criminales más sofisticadas de Europa, estaría compuesta porcientos de miembros y se le atribuyen decenas de golpes en todo el continente.
La policía está cada vez más frustrada con la facilidad con que los ladrones lograron huir con las valiosas piezas. La sospecha de una posible colaboración con la firma israelí de inteligencia CGI Group también ha generado rumores, aunque la dirección del museo negó rápidamente haber solicitado su participación.
La caza de los ladrones sigue siendo un misterio, y la policía sigue trabajando sin descanso para recuperar las joyas robadas y traer a los responsables al justo castigo.