TertuliaCriolla
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La localidad sevillana de Morón de la Frontera vive un momento de gran emoción y cohesión gracias a una obra de teatro comunitaria que busca contar el relato de una comunidad que se conjuró para hacer frente al abuso de poder. La leyenda del gallo es una historia que ha sido contada en muchas ocasiones, pero nunca se ha visto tan cerca a la vida real como en esta obra.
Ciento trece personas, desde actores profesionales hasta reclusos del centro penitenciario, han trabajado juntos para crear este montaje teatral que busca romper el silencio y despertar conciencia en una sociedad donde se está perdiendo la memoria colectiva.
La obra de teatro se estrenará el próximo 8 de noviembre a mediodía en la plaza de San Miguel, pero su origen se remonta a más de una década atrás. El director de la compañía local La Periférica, Raúl Cortés, recuerda que "decidimos convocar a una serie de personas del pueblo que no escribían teatro, pero que podían ayudarnos a dejar por escrito la leyenda del gallo".
La leyenda del gallo es una historia que ha sido contada en muchas ocasiones, pero nunca se ha visto tan cerca a la vida real como en esta obra. La trama sigue a un agente externo enviado por la Cancillería de Granada para imponer su orden social y económico, recaudar más impuestos y reprimir a los vecinos. Sin embargo, la gente se une contra él y lo derrota.
"Es el relato de una revuelta, de la subversión de un pueblo que se rebela contra los excesos y la arbitrariedad del poder", agrega Cortés. "Es un recordatorio de que la salvación está en la vida, de que la salvación está en lo colectivo, y de que hay mucho más que nos une que nos separan".
La obra de teatro ha sido posible gracias a la colaboración de numerosos grupos y personas del pueblo, desde el coro hasta los jinetes de la escuela de equitación. El director destaca que "el carácter democrático de la tradición oral es muy interesante, porque nos hace cuestionar las narrativas únicas que están tan instaladas en nuestra sociedad".
El montaje teatral busca no solo contar una historia, sino también romper el aislamiento que se ha ido acentuando cada vez más en esta localidad. "Somos un pueblo grande, de veintitantos mil habitantes, pero estamos perdiendo densidad demográfica", lamenta Cortés.
La obra de teatro es una oportunidad para reforzar la cohesión del pueblo, fortalecer un sentimiento identitario y reivindicar un concepto de periferia que no se resigne o que no sea indiferente ante las injusticias sociales. "Aquella rebelión, aquel mito de la sublevación, sigue haciendo, sigue hoy construyendo sentido como pueblo a Morón", concluye Cortés.
Ciento trece personas, desde actores profesionales hasta reclusos del centro penitenciario, han trabajado juntos para crear este montaje teatral que busca romper el silencio y despertar conciencia en una sociedad donde se está perdiendo la memoria colectiva.
La obra de teatro se estrenará el próximo 8 de noviembre a mediodía en la plaza de San Miguel, pero su origen se remonta a más de una década atrás. El director de la compañía local La Periférica, Raúl Cortés, recuerda que "decidimos convocar a una serie de personas del pueblo que no escribían teatro, pero que podían ayudarnos a dejar por escrito la leyenda del gallo".
La leyenda del gallo es una historia que ha sido contada en muchas ocasiones, pero nunca se ha visto tan cerca a la vida real como en esta obra. La trama sigue a un agente externo enviado por la Cancillería de Granada para imponer su orden social y económico, recaudar más impuestos y reprimir a los vecinos. Sin embargo, la gente se une contra él y lo derrota.
"Es el relato de una revuelta, de la subversión de un pueblo que se rebela contra los excesos y la arbitrariedad del poder", agrega Cortés. "Es un recordatorio de que la salvación está en la vida, de que la salvación está en lo colectivo, y de que hay mucho más que nos une que nos separan".
La obra de teatro ha sido posible gracias a la colaboración de numerosos grupos y personas del pueblo, desde el coro hasta los jinetes de la escuela de equitación. El director destaca que "el carácter democrático de la tradición oral es muy interesante, porque nos hace cuestionar las narrativas únicas que están tan instaladas en nuestra sociedad".
El montaje teatral busca no solo contar una historia, sino también romper el aislamiento que se ha ido acentuando cada vez más en esta localidad. "Somos un pueblo grande, de veintitantos mil habitantes, pero estamos perdiendo densidad demográfica", lamenta Cortés.
La obra de teatro es una oportunidad para reforzar la cohesión del pueblo, fortalecer un sentimiento identitario y reivindicar un concepto de periferia que no se resigne o que no sea indiferente ante las injusticias sociales. "Aquella rebelión, aquel mito de la sublevación, sigue haciendo, sigue hoy construyendo sentido como pueblo a Morón", concluye Cortés.