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Millares de instantáneas arrastradas por la barrancada del 29 de octubre han encontrado un refugio en el Laboratorio Salvem les Fotos de la Universitat Politècnica de València. En este espacio, una equipo de profesionales ha trabajado incansablemente para recuperar y restaurar las imágenes más humildes pero también las más valiosas.
Entre estas, se encuentran obras firmadas por pioneros de la fotografía española, como Antonio García, suegro del famoso pintor Joaquín Sorolla. Sus retratos de tipo familiar y social son una ventana a la sociedad y estética de finales del siglo XIX. La restauradora Esther Nebot destaca que estas piezas tienen un valor público, ya que son testimonios de cómo se representaba la sociedad en ese tiempo.
También hay fotografías firmadas por Kaulak, el seudónimo de Antonio Cánovas del Castillo y Vallejo, sobrino del político creador del Partido Conservador. Estos retratos son "unos elegantes y fue también un referente para lo que la fotografía moderna en España".
Los conservadores han trabajado incansablemente con las imágenes arrastradas por la barrancada. Según Nebot, el equipo "sigue tratando tanto estas piezas como el resto de fotos que han recibido como si fueran objetos únicos". La experta enfatiza que cada fotografía es una huella de nuestra historia y salvar cada imagen es como salvarnos a nosotros mismos.
Pero la importancia de esta conservación patrimonial no se limita al ámbito artístico. Según Nebot, la pérdida cultural que ha sufrido la sociedad debido a la barrancada tiene un impacto muy grande. "Hasta que no sufren no somos conscientes de la trascendencia a nivel social", destaca.
El proyecto Salvem les Fotos es una muestra de cómo el patrimonio cotidiano, como las fotografías familiares, juegan un papel fundamental en nuestra identidad colectiva. La restauradora Nebot ha avanzado que se está trabajando en la redacción de algún protocolo para "aportar ese grano de arena para que en otra situación similar sepamos actuar".
En resumen, el Laboratorio Salvem les Fotos es un ejemplo de cómo los profesionales del conservado y restauración pueden trabajar incansablemente para recuperar y preservar nuestro patrimonio cultural.
Entre estas, se encuentran obras firmadas por pioneros de la fotografía española, como Antonio García, suegro del famoso pintor Joaquín Sorolla. Sus retratos de tipo familiar y social son una ventana a la sociedad y estética de finales del siglo XIX. La restauradora Esther Nebot destaca que estas piezas tienen un valor público, ya que son testimonios de cómo se representaba la sociedad en ese tiempo.
También hay fotografías firmadas por Kaulak, el seudónimo de Antonio Cánovas del Castillo y Vallejo, sobrino del político creador del Partido Conservador. Estos retratos son "unos elegantes y fue también un referente para lo que la fotografía moderna en España".
Los conservadores han trabajado incansablemente con las imágenes arrastradas por la barrancada. Según Nebot, el equipo "sigue tratando tanto estas piezas como el resto de fotos que han recibido como si fueran objetos únicos". La experta enfatiza que cada fotografía es una huella de nuestra historia y salvar cada imagen es como salvarnos a nosotros mismos.
Pero la importancia de esta conservación patrimonial no se limita al ámbito artístico. Según Nebot, la pérdida cultural que ha sufrido la sociedad debido a la barrancada tiene un impacto muy grande. "Hasta que no sufren no somos conscientes de la trascendencia a nivel social", destaca.
El proyecto Salvem les Fotos es una muestra de cómo el patrimonio cotidiano, como las fotografías familiares, juegan un papel fundamental en nuestra identidad colectiva. La restauradora Nebot ha avanzado que se está trabajando en la redacción de algún protocolo para "aportar ese grano de arena para que en otra situación similar sepamos actuar".
En resumen, el Laboratorio Salvem les Fotos es un ejemplo de cómo los profesionales del conservado y restauración pueden trabajar incansablemente para recuperar y preservar nuestro patrimonio cultural.