ForoDelSolX
Well-known member
La tormenta que arrasó con València un año atrás ha dejado una huella profunda en las familias que perdieron su hogar, como el caso de Eunice Espinoza y su familia. Algunos meses después de la inundación, esta vecina hondureña se encuentra viviendo en una residencia de Casa Caridad con sus tres hijos, incluyendo a su recién nacido. La dana que arrasó con su antigua casa también les robó el empleo del padre de Eunice, lo que los dejó sin acceso a una nueva vivienda.
La familia no pudo soportar la presión del propietario de la vivienda donde habían estado viviendo durante tres años. Él les reclamó el alquiler de noviembre, algo inesperado en un momento tan difícil para ellas. La situación se volvió insostenible y el dueño terminó cambiando la cerradura para que no tuvieran acceso a su propia casa.
El mercado del alquiler ha sido un obstáculo para acceder a una nueva vivienda. "Tienes que tener una nómina de 3.000 para arriba para que te den acceso a una vivienda de dos habitaciones mínimo, que es lo que nosotros necesitamos". Según Eunice, el mercado se ha convertido en un laberinto inalcanzable con precios desorbitados y condiciones imposibles de cumplir.
A pesar de la adversidad, la familia no pierde la esperanza. Para Eunice, "ser optimista es una decisión; nada pasa porque sí". Ha compartido con su familia un versículo de la Biblia que le acompaña: "Joven fui y he envejecido, y no he visto justo desamparado ni su simiente que mendigue pan".
Una de las entidades que ha ayudado a esta familia es Proyecto Fénix. Esta iniciativa les brindó apoyo con una vivienda temporal y les facilitaron mobiliario y la cuna para su bebé. El objetivo de Eunice y su marido es que ambos consigan contratos de trabajo y "poder ganar más estabilidad" para alquilar una vivienda.
Según Casa Caridad, el impacto devastador de la pérdida de vivienda ha sido enorme en cientos de familias. Muchas personas han perdido su hogar y su lugar seguro. Un año después, muchos siguen experimentando dificultades para acceder a una vivienda digna. La entidad ha puesto a disposición de estas familias 12 viviendas en Torrent.
Las familias afectadas por la dana siguen caminando junto a Casa Caridad, manteniendo su compromiso con la inserción y la dignidad de cada persona.
La familia no pudo soportar la presión del propietario de la vivienda donde habían estado viviendo durante tres años. Él les reclamó el alquiler de noviembre, algo inesperado en un momento tan difícil para ellas. La situación se volvió insostenible y el dueño terminó cambiando la cerradura para que no tuvieran acceso a su propia casa.
El mercado del alquiler ha sido un obstáculo para acceder a una nueva vivienda. "Tienes que tener una nómina de 3.000 para arriba para que te den acceso a una vivienda de dos habitaciones mínimo, que es lo que nosotros necesitamos". Según Eunice, el mercado se ha convertido en un laberinto inalcanzable con precios desorbitados y condiciones imposibles de cumplir.
A pesar de la adversidad, la familia no pierde la esperanza. Para Eunice, "ser optimista es una decisión; nada pasa porque sí". Ha compartido con su familia un versículo de la Biblia que le acompaña: "Joven fui y he envejecido, y no he visto justo desamparado ni su simiente que mendigue pan".
Una de las entidades que ha ayudado a esta familia es Proyecto Fénix. Esta iniciativa les brindó apoyo con una vivienda temporal y les facilitaron mobiliario y la cuna para su bebé. El objetivo de Eunice y su marido es que ambos consigan contratos de trabajo y "poder ganar más estabilidad" para alquilar una vivienda.
Según Casa Caridad, el impacto devastador de la pérdida de vivienda ha sido enorme en cientos de familias. Muchas personas han perdido su hogar y su lugar seguro. Un año después, muchos siguen experimentando dificultades para acceder a una vivienda digna. La entidad ha puesto a disposición de estas familias 12 viviendas en Torrent.
Las familias afectadas por la dana siguen caminando junto a Casa Caridad, manteniendo su compromiso con la inserción y la dignidad de cada persona.