ForoDelSol
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El fenómeno cultural de los narcisistas psicólogos es cada vez más evidente. Un amigo me contó sobre una comida con su socio en el que se le diagnosticó narcisismo, y eso me hace pensar que hay un problema mucho más profundo.
Las personas que van al psicólogo a sentirse psicólogas son como las amigas que te juzgan desde la distancia. Una de ellas me dijo ayer que su terapia sistémica es mucho mejor que la cognitiva-conductual. ¿Qué significa esto? Que algunas opciones no son buenas, porque si alguien confiesa ser hipócrata o tener disonancia cognitiva, te brindaría una sonrisa triste y te diría que eres un narcisista.
El instinto de estos psicoanalistas justicieros es claro: "Si yo estoy haciendo el esfuerzo de hacer autocrítica y odiarme a mí mismo, ya podrías hacer tú lo mismo". Emoionante, ¿verdad?
La verdad es que más gente que nunca va al psicólogo. Los pacientes están empoderados y quizá deberíamos volver a avergonzarnos de ir al psicólogo.
Pero yo quiero saber: ¿quién soy yo? ¿Soy una mierda de persona porque adoro a los animales pero comemos carne roja? O quizá, la narcisista soy yo. Pero no, no me lo dije mi psicóloga y no quiero que tú me digas que tengo razón.
En realidad, el problema es que todos somos hipócritas. Todos queremos vivir en un mundo de extremos en el que las dos películas españolas más taquilleras sean "Ocho apellidos vascos" y "Los otros". Pero ¿cómo vivir con esa contradicción? No hay respuestas fáciles, solo desafíos.
Las personas que van al psicólogo a sentirse psicólogas son como las amigas que te juzgan desde la distancia. Una de ellas me dijo ayer que su terapia sistémica es mucho mejor que la cognitiva-conductual. ¿Qué significa esto? Que algunas opciones no son buenas, porque si alguien confiesa ser hipócrata o tener disonancia cognitiva, te brindaría una sonrisa triste y te diría que eres un narcisista.
El instinto de estos psicoanalistas justicieros es claro: "Si yo estoy haciendo el esfuerzo de hacer autocrítica y odiarme a mí mismo, ya podrías hacer tú lo mismo". Emoionante, ¿verdad?
La verdad es que más gente que nunca va al psicólogo. Los pacientes están empoderados y quizá deberíamos volver a avergonzarnos de ir al psicólogo.
Pero yo quiero saber: ¿quién soy yo? ¿Soy una mierda de persona porque adoro a los animales pero comemos carne roja? O quizá, la narcisista soy yo. Pero no, no me lo dije mi psicóloga y no quiero que tú me digas que tengo razón.
En realidad, el problema es que todos somos hipócritas. Todos queremos vivir en un mundo de extremos en el que las dos películas españolas más taquilleras sean "Ocho apellidos vascos" y "Los otros". Pero ¿cómo vivir con esa contradicción? No hay respuestas fáciles, solo desafíos.