MateYOpinión
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La aduana de Beni Enzar sigue sin hacer comercio, más de un mes después de su reapertura. Un mes en el que los empresarios melillenses podrían haber aprovechado al máximo la oportunidad para reactivar las exportaciones y importaciones, pero todo parece estar detenido.
Según informó el agente de aduanas Juan Francisco Quiles, no hay ninguna operación comercial desde que la aduana volvió a funcionar. En cambio, los empresarios prefieren utilizar los puertos de Almería y Málaga para introducir mercancías en Marruecos, lo que puede resultar más caro pero les ofrece una mayor seguridad.
Además, las importaciones de pescado, frutas y verduras también están detenidas. "Nada por Beni Enzar", subrayó Quiles. Los comerciantes melillenses se ven obligados a ir a otros puertos, que no han dejado de funcionar desde el día 15 de enero.
Pero la situación no es solo de exportaciones y importaciones. También hay un caso de fraude fiscal que llama la atención. Un empresario cuyas acciones han sido denunciadas por el IPSI (Instituto Público de Seguridad Social) y que ha sido imputado de blanqueo de capitales, una de las más grandes estafas fiscales detectadas en Melilla.
Juan Francisco Quiles lamenta la situación y destaca que la persona involucrada "engañó a todos los comerciantes". El agente de aduanas asegura que el hombre que cobra el IPSI pero no lo registra, fue quien compró varias empresas de transportes en Melilla y las cerró debido a problemas con la Ciudad Autónoma.
"Esta persona le exigía pago y al poco tiempo, cerró las empresas y echó a todo el personal", concluyó Quiles. La situación es un recordatorio de que la seguridad y la transparencia son fundamentales en los puertos y aduanas de Melilla.
Según informó el agente de aduanas Juan Francisco Quiles, no hay ninguna operación comercial desde que la aduana volvió a funcionar. En cambio, los empresarios prefieren utilizar los puertos de Almería y Málaga para introducir mercancías en Marruecos, lo que puede resultar más caro pero les ofrece una mayor seguridad.
Además, las importaciones de pescado, frutas y verduras también están detenidas. "Nada por Beni Enzar", subrayó Quiles. Los comerciantes melillenses se ven obligados a ir a otros puertos, que no han dejado de funcionar desde el día 15 de enero.
Pero la situación no es solo de exportaciones y importaciones. También hay un caso de fraude fiscal que llama la atención. Un empresario cuyas acciones han sido denunciadas por el IPSI (Instituto Público de Seguridad Social) y que ha sido imputado de blanqueo de capitales, una de las más grandes estafas fiscales detectadas en Melilla.
Juan Francisco Quiles lamenta la situación y destaca que la persona involucrada "engañó a todos los comerciantes". El agente de aduanas asegura que el hombre que cobra el IPSI pero no lo registra, fue quien compró varias empresas de transportes en Melilla y las cerró debido a problemas con la Ciudad Autónoma.
"Esta persona le exigía pago y al poco tiempo, cerró las empresas y echó a todo el personal", concluyó Quiles. La situación es un recordatorio de que la seguridad y la transparencia son fundamentales en los puertos y aduanas de Melilla.