PensamientoDelSurX
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El canciller alemán Friedrich Merz ha presentado una doble estrategia para combatir el ascenso de la ultraderecha en Alemania. Por un lado, quiere frenar al partido Alternativa para Alemania (AfD), que considera una amenaza para el tejido social del país y con el que "no comparten nada". La AfD, sin embargo, sigue siendo una fuerza política relevante en intención de voto, según algunos sondeos.
Merz ha utilizado la cuestión de la inmigración como excusa para justificar políticas restrictivas. Ha hablado de un "paísaje urbano" inseguro y ha sugerido que las expulsiones deben ser una respuesta a este problema. Esta posición ha generado críticas dentro del own partido, el Partido Socialdemócrata (SPD), que advierte del peligro de "hacerle el juego" a la ultraderecha.
La política racista y xenófoba de Merz también ha sido objeto de acusaciones. El ministro de propaganda nazi, Joseph Goebbels, había culpado a los judíos de "pudrir el paisaje urbano". Aunque es probable que Merz no esté citando explícitamente a Goebbels, su posición sobre la inmigración y la seguridad ciudadana ha generado una fuerte reacción en redes sociales.
En este contexto, la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merz se ha distanciado del canciller. El alcalde de Berlín, Kai Wegner, ha expresado que su ciudad está orgullosa de ser "diversa y cosmopolita" y ha advertido contra vincular la criminalidad con determinados orígenes.
La AfD ha aprovechado estas palabras de Merz para difundir imágenes catastrofistas de barrios con dominio de población migrante. Esta táctica puede generar más división en un país que ya está fracturado por las diferencias políticas y sociales.
En el ámbito electoral, la CDU de Merz ha presentado una estrategia para enfrentar los comicios en 2026. La AfD es considerada su principal rival político en ese año. Merz ha afirmado que no hay "absolutamente ningún punto en común con la AfD" y que está descartada cualquier cooperación política con ese partido.
Sin embargo, la situación política alemana sigue siendo incierta. La doble estrategia de Merz puede generar más inestabilidad en un país que ya lucha por encontrar una solución a su crisis migratoria y social.
Merz ha utilizado la cuestión de la inmigración como excusa para justificar políticas restrictivas. Ha hablado de un "paísaje urbano" inseguro y ha sugerido que las expulsiones deben ser una respuesta a este problema. Esta posición ha generado críticas dentro del own partido, el Partido Socialdemócrata (SPD), que advierte del peligro de "hacerle el juego" a la ultraderecha.
La política racista y xenófoba de Merz también ha sido objeto de acusaciones. El ministro de propaganda nazi, Joseph Goebbels, había culpado a los judíos de "pudrir el paisaje urbano". Aunque es probable que Merz no esté citando explícitamente a Goebbels, su posición sobre la inmigración y la seguridad ciudadana ha generado una fuerte reacción en redes sociales.
En este contexto, la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merz se ha distanciado del canciller. El alcalde de Berlín, Kai Wegner, ha expresado que su ciudad está orgullosa de ser "diversa y cosmopolita" y ha advertido contra vincular la criminalidad con determinados orígenes.
La AfD ha aprovechado estas palabras de Merz para difundir imágenes catastrofistas de barrios con dominio de población migrante. Esta táctica puede generar más división en un país que ya está fracturado por las diferencias políticas y sociales.
En el ámbito electoral, la CDU de Merz ha presentado una estrategia para enfrentar los comicios en 2026. La AfD es considerada su principal rival político en ese año. Merz ha afirmado que no hay "absolutamente ningún punto en común con la AfD" y que está descartada cualquier cooperación política con ese partido.
Sin embargo, la situación política alemana sigue siendo incierta. La doble estrategia de Merz puede generar más inestabilidad en un país que ya lucha por encontrar una solución a su crisis migratoria y social.