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Durante una mañana soleada en Melilla, decenas de personas se reunieron ante el Museo Etnográfico de las Culturas Amazigh, Gitana y Sefardí, con el objetivo de recorrer "la ruta sefardí" guiada por la ciudadela, el museo, el cementerio y la sinagoga. El recorrido, liderado por la docente e historiadora María Elena Fernández Días y el presidente de la Asociación Cultural Mem Guímel, Mordejay Guahnich, pretendía acercar la historia y la simbología cultural y religiosa de una de las comunidades más emblemáticas de Melilla.
En primer lugar, se inició el recorrido en el pasado histórico y de asentamiento de la población de origen sefardí, que se remonta al siglo XV. La historia de estos judíos del norte de África y sus cábilas cercanas a Melilla es un capítulo fascinante que se conoce desde su expulsión de la Península.
Los asistentes tuvieron la oportunidad de recorrer diferentes calles y puntos estratégicos que recogen los primeros asentamientos y construcciones de lugares de culto de la población hebrea que, poco a poco, fueron llegando a Melilla. La historia también menciona las primeras encuentros entre la población española y los residentes norteños que preservaban la lengua del Sefarad, el ladino.
A lo largo del recorrido, se destacó cómo la lengua se mezcló con terminaciones principales árabes durante los siglos pasados, dando lugar a la Haquetía. También se comentó en ese primer encuentro se detiene una frase "hay unos que hablan como nosotros", un primer contacto que se iría desarrollando con los años.
En la ruta, también se mencionó a las familias que llegaron a Melilla, como la familia Salama de Tetuán, quienes incluyen un familiar rabino. Comienzan a construirse las primeras sinagogas en Melilla la Vieja, que llegaría a contar con tres lugares de culto hebreo y una iglesia.
La zona se convirtió en "la pequeña Jerusalén", como se denominó a esta zona particular de Melilla. La historia de esta comunidad se mantiene hoy en pequeñas placas localizadas en los edificios, donde se escribe la presencia y la historia de la ciudad.
La ruta también incluyó una visita al Cementerio Judío de Melilla, donde se encuentran las tumbas de muchos judíos que fueron expulsados de la Península. La sinagoga también fue un punto clave en el recorrido, donde se pueden admirar los arcos y las torres de piedra caliza.
Más adelante, tras esta visita por las calles, la ruta continuó en el Museo Etnográfico, donde el presidente de Mem Guímel, ayudó a comprender la simbología que envuelve a la cultura y las costumbres hebreas. El presidente de Mem Guímel, Mordejay Guahnich, comenzó su exposición aludiendo a que Melilla supone la primera ciudad donde se asientan los judíos después de la expulsión y hizo un pequeño recorrido por las palabras y la historia de la llegada de la población israelita a la Península.
La ruta también incluyó una visita al Cementerio Judío y la sinagoga.
En primer lugar, se inició el recorrido en el pasado histórico y de asentamiento de la población de origen sefardí, que se remonta al siglo XV. La historia de estos judíos del norte de África y sus cábilas cercanas a Melilla es un capítulo fascinante que se conoce desde su expulsión de la Península.
Los asistentes tuvieron la oportunidad de recorrer diferentes calles y puntos estratégicos que recogen los primeros asentamientos y construcciones de lugares de culto de la población hebrea que, poco a poco, fueron llegando a Melilla. La historia también menciona las primeras encuentros entre la población española y los residentes norteños que preservaban la lengua del Sefarad, el ladino.
A lo largo del recorrido, se destacó cómo la lengua se mezcló con terminaciones principales árabes durante los siglos pasados, dando lugar a la Haquetía. También se comentó en ese primer encuentro se detiene una frase "hay unos que hablan como nosotros", un primer contacto que se iría desarrollando con los años.
En la ruta, también se mencionó a las familias que llegaron a Melilla, como la familia Salama de Tetuán, quienes incluyen un familiar rabino. Comienzan a construirse las primeras sinagogas en Melilla la Vieja, que llegaría a contar con tres lugares de culto hebreo y una iglesia.
La zona se convirtió en "la pequeña Jerusalén", como se denominó a esta zona particular de Melilla. La historia de esta comunidad se mantiene hoy en pequeñas placas localizadas en los edificios, donde se escribe la presencia y la historia de la ciudad.
La ruta también incluyó una visita al Cementerio Judío de Melilla, donde se encuentran las tumbas de muchos judíos que fueron expulsados de la Península. La sinagoga también fue un punto clave en el recorrido, donde se pueden admirar los arcos y las torres de piedra caliza.
Más adelante, tras esta visita por las calles, la ruta continuó en el Museo Etnográfico, donde el presidente de Mem Guímel, ayudó a comprender la simbología que envuelve a la cultura y las costumbres hebreas. El presidente de Mem Guímel, Mordejay Guahnich, comenzó su exposición aludiendo a que Melilla supone la primera ciudad donde se asientan los judíos después de la expulsión y hizo un pequeño recorrido por las palabras y la historia de la llegada de la población israelita a la Península.
La ruta también incluyó una visita al Cementerio Judío y la sinagoga.