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"Melilla desperta interés turístico en un momento de efervescencia". La ciudad magrebí va ganando terreno gracias al boca a boca, el turismo deportivo y las rutas culturales. Patricia Giles, fundadora de Melilleando Tour, constata esto a diario.
"Este fin de semana tuvimos visitas con la Fundación Melillense de Fútbol, con árbitros de toda España", relató Giles. "Ayer hacemos la ruta del modernismo, partiendo desde la Plaza de España, y hoy llevé al segundo grupo a Melilla la Vieja, con parada en las Cuevas del Conventico. Ha sido precioso, muy animado".
El flujo turístico vinculado a eventos y actividades deportivas ha sido un revulsivo para la economía local. "Por los derechos deportivos y este tipo de eventos se mueve mucha gente", explicó Giles. "Llegan, comen, pasean, hacen fotos... y descubren una ciudad que no esperaban".
Patricia Giles identifica varios perfiles de visitantes. "Hay un público que ya teníamos: personas mayores que hicieron aquí la mili o que tienen familiares, y regresan con nostalgia", dijo. "Es un perfil muy senior, que viene a reencontrarse con la ciudad". Otro grupo es el del viajero experimentado, que busca destinos nuevos y distintos. Giles también destaca al tercer perfil: los familiares de estudiantes que llegan a la ciudad.
"Me encanta ese tipo de visitante", dijo Giles. "Los padres llegan corriendo a instalar a sus hijos en la universidad o en el campus, y enseguida quieren conocer la ciudad. Hacemos un tour, se enamoran del lugar, y en mayo vuelven para la puesta de insignia o los actos de fin de curso, muchas veces con más familia".
Giles considera que Melilla no corre el riesgo de sufrir la saturación turística que padecen lugares como Lanzarote o la Costa del Sol. "Viví en Playa Blanca, en Mallorca, en la Costa del Sol… y te puedo asegurar que estamos muy lejos de convertirnos en un destino saturado", dijo.
La razón principal es las limitaciones naturales y de comunicación. "Todavía es costoso llegar desde la península", explicó Giles. "Los bonos turísticos son una maravilla, pero los precios de los vuelos siguen siendo altos".
Giles valora muy positivamente la llegada de cruceros. "Se está haciendo una labor genial", dijo. "El crucerista es un visitante exigente, pero está quedando encantado". Melilleando Tour ya tiene contratadas excursiones con varios grupos de cruceristas.
Para ella, el verdadero éxito está en la experiencia personal de quienes la visitan. "El turista se va con un sabor de boca buenísimo", dijo Giles. "Disfruta la ciudad, su historia, su gente y su comida. Y cuando se van, muchos ya están pensando en volver". Esa es la mejor señal de todas, según Giles.
"Melilla está increíble para el turista", dijo Giles finalmente. "Estamos emergiendo, creciendo con calma y con identidad. Eso es lo que hay que cuidar".
"Este fin de semana tuvimos visitas con la Fundación Melillense de Fútbol, con árbitros de toda España", relató Giles. "Ayer hacemos la ruta del modernismo, partiendo desde la Plaza de España, y hoy llevé al segundo grupo a Melilla la Vieja, con parada en las Cuevas del Conventico. Ha sido precioso, muy animado".
El flujo turístico vinculado a eventos y actividades deportivas ha sido un revulsivo para la economía local. "Por los derechos deportivos y este tipo de eventos se mueve mucha gente", explicó Giles. "Llegan, comen, pasean, hacen fotos... y descubren una ciudad que no esperaban".
Patricia Giles identifica varios perfiles de visitantes. "Hay un público que ya teníamos: personas mayores que hicieron aquí la mili o que tienen familiares, y regresan con nostalgia", dijo. "Es un perfil muy senior, que viene a reencontrarse con la ciudad". Otro grupo es el del viajero experimentado, que busca destinos nuevos y distintos. Giles también destaca al tercer perfil: los familiares de estudiantes que llegan a la ciudad.
"Me encanta ese tipo de visitante", dijo Giles. "Los padres llegan corriendo a instalar a sus hijos en la universidad o en el campus, y enseguida quieren conocer la ciudad. Hacemos un tour, se enamoran del lugar, y en mayo vuelven para la puesta de insignia o los actos de fin de curso, muchas veces con más familia".
Giles considera que Melilla no corre el riesgo de sufrir la saturación turística que padecen lugares como Lanzarote o la Costa del Sol. "Viví en Playa Blanca, en Mallorca, en la Costa del Sol… y te puedo asegurar que estamos muy lejos de convertirnos en un destino saturado", dijo.
La razón principal es las limitaciones naturales y de comunicación. "Todavía es costoso llegar desde la península", explicó Giles. "Los bonos turísticos son una maravilla, pero los precios de los vuelos siguen siendo altos".
Giles valora muy positivamente la llegada de cruceros. "Se está haciendo una labor genial", dijo. "El crucerista es un visitante exigente, pero está quedando encantado". Melilleando Tour ya tiene contratadas excursiones con varios grupos de cruceristas.
Para ella, el verdadero éxito está en la experiencia personal de quienes la visitan. "El turista se va con un sabor de boca buenísimo", dijo Giles. "Disfruta la ciudad, su historia, su gente y su comida. Y cuando se van, muchos ya están pensando en volver". Esa es la mejor señal de todas, según Giles.
"Melilla está increíble para el turista", dijo Giles finalmente. "Estamos emergiendo, creciendo con calma y con identidad. Eso es lo que hay que cuidar".